Una imagen favorable
"China ahora está muy interesada en conocer la reacción del resto del mundo", comentaba ayer Jane DeBevoise al hablar sobre el cambio de actitud del Gobierno chino a la hora de dar a conocer sus tesoros nacionales. Al parecer, las dificultades de importar el ingente material de la exposición no han sido tanto de índole política como de estrategia organizativa, por el complicado trabajo de recopilar las esculturas y pinturas de los museos e instituciones de las distintas provincias chinas.China está interesada en proyectar una imagen favorable al exterior, en parte para contrarrestar la creciente presencia del budismo tibetano en la cultura popular y en extremos como las donaciones monetarias a Bill Clinton y el Partido Demócrata de EE UU. Y a cambio Occidente también está cada vez más atento al arte chino, con grandes exposiciones en el Museo Británico y las recién reformadas salas de ese género del Metropolitan Museum de Nueva York, cuya nueva dimensión y capacidad hacen pensar en un museo dentro del museo. El Metropolitan también presenta en marzo una exposición especial de seda y otros materiales textiles de los emperadores mongoles de China y Asia central.
Las pinturas a la tinta son el centro de la muestra actualmente expuesta en el Chinese Institute, una de las organizaciones con material permanente de arte chino en Nueva York, junto a la Asia Society. El año nuevo chino, que acaba de celebrarse, es objeto de otra colección en la galería Taipei de Nueva York, cuyo título es Chinese New Year: Celebra,ting the Tiger y que se puede visitar hasta el 6 de marzo.
