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Hassan II encarga por primera vez a un socialista la formación de Gobierno en Marruecos

El rey Hassan II disipó ayer el temor a una prolongada crisis política en Marruecos al encargar la formación de Gobierno al socialista Abderramán Yussufi, líder del partido más votado en las legislativas del pasado 14 de noviembre. Ante un espectro político divido en tres bloques de partidos que cuentan con igual fuerza en la Cámara baja del Parlamento, el secretario de la Unión Socialista de Fuerzas Populares (USFP) emprenderá a partir de hoy los contactos políticos para garantizar la viabilidad del primer Gobierno "de alternancia" de Marruecos en más de 40 años de independencia.

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Un inconformista abierto al diálogo

La Reagrupación Nacional de Independientes (RNI), dirigida por Ahmed Osman, cuñado del monarca alauí, y el Movimiento Nacional Popular, de Mahyudi Aherdan, que aglutinan el denominado bloque de centro, serán los previsibles aliados de la USFP en el Ejecutivo. El socialista fue el partido más votado en las elecciones para la Cámara de Representantes, pero su débil implantación en el Senado y su mayoría relativa en la Cámara baja le obligan a formar una coalición que sea capaz de obtener la confianza del Legislativo, tal y como estipula la Constitución marroquí. Con su decisión de ayer, Hassan II ha querido lanzar un mensaje en doble dirección. A la sociedad marroquí, en primer lugar, mostrando su intención de apoyar los cambios democráticos y la edificación del Estado de derecho. En los últimos años, los socialistas han estado a la cabeza de la lucha por la recuperación de los derechos democráticos, por la liberación de los presos políticos y por las libertades de expresión y de organización.La sociedad marroquí, que vive bajo la amenaza de un estallido social, ha acogido con alivio el nombramiento de un socialista a la cabeza del Gobierno. En las últimas semanas se habían multiplicado las huelgas obreras y las movilizaciones de estudiantes. Los licenciados en paro, que ocupan las sedes de varios sindicatos en la propia capital, habían comenzado una nueva huelga de hambre. En medio de este clima de agitación social, Yussufi llega a tiempo para abrir una ventana de esperanza. Incluso la clase empresarial comenzaba a preocuparse por la persistencia de la crisis. En el curso de varios debates organizados durante el pasado mes de Ramadán, la patronal marroquí ha hecho saber claramente que ve con buenos ojos el nombramiento de Yussufi al frente del Gobierno.

El otro mensaje del soberano alauí va dirigido a Occidente, en particular a los países con los que Marruecos mantiene estrechas relaciones: Francia, España y Estados Unidos. El primer ministro francés, Lionel Jospin, ya mostró su preferencia por el líder de la USFP como nuevo jefe del Ejecutivo en el curso de una reciente visita a Marruecos.

Riesgo e inseguridad

También las cancillerías occidentales en la capital marroquí se han mostrado en las últimas semanas favorables a la "opción socialista", no por motivos de ideología política, sino porque ven en ella la única garantía de que Marruecos avance por la vía del Estado de derecho con pie firme. La inseguridad que han conocido los inversores extranjeros en los últimos tiempos y la ambigüedad del aparato estatal -por cuyo control pugnaban un primer ministro, un ministro del Interior y un aparato económico financiero con pretensiones autónomas-, habían aumentado el nivel de riesgo y de inseguridad de Marruecos.Yussufi ha fijado el terreno social como prioridad de su Gobierno, con tres objetivos a corto plazo: todos los marroquíes tienen que tener cobertura social, la Administración debe estar al servicio de los ciudadanos y el Estado debe garantizar el derecho al trabajo.

Pero el nombramiento de Yussufi también va a influir en la campaña preparatoria del referéndum, en el Sáhara Occidental. La USEP es partidaria de aumentar la presión en la calle para ganar la votación convocada por Naciones Unidas. Yussufi, sin embargo, está abierto al diálogo, y parece un hombre capaz de encontrar "fórmulas nuevas", susceptibles de evitar las soluciones salomónicas.

Esta es la línea que propone también para los contenciosos de Ceuta y Melilla. Yussufi nunca ha ocultado su adhesión total a las reivindicaciones marroquíes sobre ambas ciudades norteafricanas española. Pero prefiere la vía del diálogo, como ya se le hizo saber en tres ocasiones al ex presidente Felipe González. Ahora sigue dispuesto a seguir hablando con José María Aznar.

Finalmente, la buena sintonía existente entre Abderramán Yussufi y el príncipe heredero Sidi Mohamed pueden facilitar en gran medida la sucesión en Marruecos. Ambos se conocen y se aprecian mutuamente. Fue el propio rey Hassan II quien hizo hace tiempo las presentaciones en palacio. "Este es el tío Abderraman", le dijo a su hijo en tono cariñoso.

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