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Las bancas japonesa y estadounidense reconocen que el euro será un poderoso rival del dólar

Xavier Vidal-Folch

ENVIADO ESPECIALAltos representantes de las bancas estadounidense y japonesa reconocieron ayer en el Foro Económico Mundial de Davos que la moneda única europea se convertirá en un poderoso rival para la supremacía del dólar. La principal condición para ello es que Europa sea capaz de integrar y ampliar sus mercados financieros. Frente al entusiasmo de varios ministros de la Unión Europea (UE), el titular belga de Finanzas, Phillippe Maystadt, alertó sobre la posibilidad de volatilidades en el periodo de transición del euro, entre 1999 y el año 2002.

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Ya no es sólo el orgullo europeo quien lo propala. Dos influyentes banqueros de Japón y Estados Unidos sostuvieron ayer que el euro desafiará la hegemonía internacional del dólar, aunque para ello deberá cumplir algunos requisitos."El euro exhibe el potencial de desafiar al dólar como moneda de referencia internacional", manifestó Howard Lutnick, presidente ejecutivo de Cantor Fitgerald, la compañía que dirige el mayor mercado electrónico de deuda soberana y eurobonos. "Preveo que el euro compartirá, junto al dólar, el peso de ser la moneda - ancla internacional", asintió Yoh Kurosawa, presidente del Banco Industrial del Japón, la primera entidad de su país en crédito a largo plazo.

Pero no será inmediato. Se producirá, según Lutnick, "a largo plazo" y con una condición principal: "Cuando [Europa] logre establecer una liquidez completa y muy alta". El problema es que el mercado bursátil y financiero europeo está disperso entre una veintena de capitales y, sobre todo, que es muy estrecho.

El contraste entre Estados Unidos y la Unión Europea es, a este respecto, enorme. "Los activos financieros en manos de ciudadanos japoneses ascienden, a 700.000 millones de dólares", colocados en su mayor parte en bonos estadounidenses, calculó Kurosawa. Por contra, el conjunto de activos denominados en francos franceses y marcos alemanes poseídos por ciudadanos no europeos "sólo asciende a 120.000 millones de dólares", evaluó el gobernador del Banco de Francia, Jean-Claude Trichet.

"Si hemos de competir con el dólar deberemos construir unos mercados financieros más grandes y más integrados", concluyó Maystadt. Y además se requerirá una condición accesoria. La centralización en una "capital física" que desafíe a Nueva York, ya sea Francfort, París o Londres, apuntó el banquero norteamericano.

Divisa refugio

La fortaleza del euro se basará en que representa al "mercado más grande del mundo"; en que muchos flujos comerciales se denominarán en moneda europea, y en que el papel del dólar como divisa refugio "se está erosionando" porque la mitad de las reservas mundiales están expresadas en dólares, cuando Estados Unidos sólo representa el 25% de la economía mundial -"lo que constituye una causa de la inestabilidad rnundial"-, según el análisis de Kurosawa.Y era un análisis coincidente con el del presidente de la Comisión Europea, Jacques Santer, aunque éste le insufló modestia, alegando que "el objetivo de la UE no es la confrontación" con el dólar, aunque el "contrapeso, que no provocará una suma cero" se producirá por añadidura. Coincidente también con el entusiasmo de los ministros francés y español de Economía.

Dominique Strauss-Kahn destacó que "en 1998 el polo de crecimiento más importante del mundo se localizará en Europa". Y Rodrigo Rato (quien aprovechó la ocasión para anunciar que el crecimiento del PIB español fue del 3,4%-3,5% en 1997) consideró que "el euro es un punto de partida, una respuesta a la globalización y podrá convertirse en moneda líder en todo el rnundo".

¿Será un euro fuerte o débil? ¿Cómo cotizará? Una pista de intenciones la ofreció Trichet, al pronosticar que la moneda única asumirá el legado completo de todas las monedas sólidas" de la UE, porque todas las que accedan a ella habrán tenido que converger para equipararse con las líderes. También el Banco Central Europeo -a cuya presidencia aspira el francés- será fuerte. "Incluso más exigente que el Bundesbank", según Maystadt.

Independencia del BCE

Y tan independiente o más, "puesto que los bancos centrales nacionales tienen su autonomía consagrada por leyes nacionales, mientras que la del BCE la garantiza un Tratado internacional", de mayor jerarquía normativa, apostó Trichet.Sin salirse del optimismo general y de las promesas de que a largo plazo el euro ayudará a estabilizar el sistema (o a-sisterna) monetario internacional, el ministro belga lanzó una alerta sobre una eventual volatilidad monetaria durante el periodo de transición. "Puede producirse", advirtió. ¿De qué depende? "Del momento del ingreso del Reino Unido en la moneda única; de que el reequilibrio dólar/euro tenga un impacto impredecible en la paridad del dólar; y de que los dos grandes actores, EE UU y la UE, se coordinen o caigan en la dulce despreocupación".

Propuesta novedosa del belga para asegurar que estos nubarrones nunca llegarán a formarse: "El FMI debería arbitrar en las paridades para evitar la volatilidad". Y compromiso: "Vamos a trabajar en ello".

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