Soros excluye a Brasil de nuevas turbulencias y apunta a Rusia

El financiero internacional George Soros navegó ayer a contracorriente de la mayoría de los expertos reunidos en estación invernal suiza. Excluyó radicalmente a Brasil de nuevas oleadas de turbulencia monetaria, apoyó las decisiones tomadas por Japón y apuntó a Rusia como posible nueva víctima.

"A Brasil ya le afectó la primera ola [de la crisis] y el Gobierno tomó las decisiones oportunas", defendió el húngaro-norteamericano. Lo hizo, según él, "al margen del Parlamento, lo que le ha permitido ser más eficaz". De modo que Brasil ha reforzado su posición y yo no comparto la visión", aseguró Soros, de quienes le señalan como posibles escenarios de temblores.

Miel sobre hojuelas para Fernando Henrique Cardoso. El presidente brasileño resaltó la "capacidad de reacción" de su Gobierno en el manejo de la situación tras los primeros envites del Sudeste asiático "y su fuerza política para tomar las decisiones necesarias, al contaron el respaldo del Parlamento".

Frente a quienes consideran que Brasil ha agotado ya su margen de maniobra con el uso de la política presupuestaria, y quienes preconizan una devaluación del real, Cardoso exhibió el aumento de las exportaciones (un 11%) durante 1997, el alto nivel de las reservas, superior a los 50.000 millones de dólares (7,75 billones de peetas). "Y han seguido creciendo tras la crisis en Asia", apostilló. En resumen, "tenemos plata, exportamos y sabemos reaccionar rápidamente", argumentó.

Impacto de la crisis

Dos argumentos complementarios para el optimismo son la "solidaridad" de los socios de Mercosur y la diferencia del caso asiático con el efecto tequila mexicano. Este último echaba sus raíces en los problemas del sector público; aquél obedece más bien a una "sobrevaloración de activos".Salvado en principio Brasil, queda para Soros -quien provoca el sudor frío de los gobiernos- la incógnita de Rusia."Considero que sí está expuesta a la crisis, porque su Gobierno ha ido en la dirección equivocada". Ha "dado marcha atrás" en el enfoque de rigor" y eso está debilitando el rublo y el mercado de bonos". La receta para Moscú consiste en "favorecer la inversión extranjera", especialmente en el mercado bursátil.

Así pues, Soros opina que "la crisis asiática está lejos de acabar", contra lo que auguran otros. "Durará al menos otros 18 meses", pero seguramente más en forma de "coletazos" que de turbulencias sangrientas. Pero éstos, no afectarán a Europa: "Va sobre raíles". Esta crisis demuestra "cuán importante es tener un gran mercado como el del euro", sentenció.