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Los Reyes abren el 'año Lorca' en los escenarios donde nació, vivió y escribió el poeta

Fuente Vaqueros, Valderrubio y la Huerta de San Vicente forman la ruta lorquiana

Los Reyes abrieron ayer los actos del centenario de Federico García Lorca con un recorrido por el escenario vital y lírico de su Granada: la casa donde nació el 5 de junio de hace ahora un siglo; la amplia vivienda de los veranos juveniles de Valderrubio, contigua a la de Frasquita Alba, el personaje hosco que en el famoso drama se llamó Bernarda, y la Huerta de San Vicente, la casa de labranza en la que escribió El público o el Diván del Tamarit y que abandonó a escondidas en agosto de 1936. Los Reyes plantaron en la Huerta un ciprés junto a otro que había colocado Lorca.

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Miles de personas, gente de la Vega, saludaron ayer la visita real por las calles de los pueblos, mostraron pancartas con el nombre de su paisano y entonaron las canciones populares que él armonizó.Un concierto lleno de poemas y guiños lorquianos a cargo de la Orquesta Ciudad de Granada, dirigida por Josep Pons, y con escenografía de Lluis Pasqual, dio paso oficialmente, a última hora de la tarde, a las actividades conmemorativas del centenario, que se desarrollarán en todo el mundo a lo largo de 1998.

Fuente Vaqueros recibió en pie a don Juan Carlos y doña Sofía, quienes empezaron la larga ruta lorquiana en el Ayuntamiento, frente a un antiguo libro de asientos del registro civil donde consta el nacimiento del poeta en 1898, hijo de Federico García, un acaudalado agricultor, y Vicenta Lorca, la mujer con quien se había casado poco antes, tras enviudar de Matilde Palacios.

La cuna

La comitiva, de la que formaban parte también el presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, y la ministra de Educación y Cultura, Esperanza Aguirre, se trasladó a continuación a pie a la casa natal, decorada con los muebles originales encontrados aquí y allá, incluida la cuna.

En el piso superior de la vivienda aguardaba una sorpresa a doña Sofía: una fotografía de 1954 en la que aparece su padre, Pablo de Grecia, junto a la actriz Katina Paxinú tras una representación de Bernarda Alba. Tributo a Grecia se titulaba la pequeña exposición abierta expresamente para recordar los vínculos del propio museo con aquel país, ya que buena parte de la responsabilidad de su apertura la tuvo, a comienzos de los años ochenta, el poeta Odisseas Elitis que, contrariado porque sus inquilinos no le franquearan la puerta durante la visita, propuso a la Administración que la comprara.

"En la casa donde nació con la alegría de estar junto a sus familiares", escribieron los Reyes en el libro de visitas. Sin embargo, a la cita faltó Isabel García Lorca, la hermana menor de Federico, postrada a causa de una enfermedad en su casa de Madrid.

Desde Fuente Vaqueros el cortejo partió hacia Valderrubio, una pedanía agrícola de poco más de 2.000 habitantes, situada a cuatro kilómetros, que García Lorca nunca conoció por este nombre pese a pasar largas temporadas en ella entre los años 1902 y 1925. En Valderrubio, que entonces se llamaba Asquerosa por desfiguración de su hermoso nombre original -Acuarosa, la de abundantes aguas-, esperaba toda la población a lo largo de la, calle principal.

Tras recibir en Pinos Puente, el Ayuntamiento al que pertenece administrativamente Valderrubio, una medalla conmemorativa, los Reyes, ya por la tarde, visitaron la Huerta de San Vicente, donde Federico y su familia veranearon entre 1926 y 1936. La casa, que formaba parte de un conjunto de huertas situadas en los confines de la capital, y que hoy está aislada en un gran parque entre dos carreteras de circunvalación, se conserva prácticamente sin alteraciones.

Cuadro de Alberti

El cortejo, al que se unió el alcalde de Granada, Gabriel Díaz Berbel, recorrió las dependencias comunes del piso de abajo y luego el dormitorio de Lorca, que preside un cuadro pintado por Rafael Alberti en los primeros años de amistad y el gran cartel de La Barraca. Laura García-Lorca, directora del museo, mostró uno de los espacios más fértiles de la literatura de este siglo, pues en la huerta Federico escribió casi toda su obra de madurez.

La cara amarga de la casa es el recuerdo de la huida del poeta a toda prisa el 9 de agosto de 1936, después de que por dos veces un grupo de falangistas violentos irrumpiera en ella amenazadoramente. La visita fue un recorrido desde el nacimiento a la última escena antes del asesinato: un paseo por la vida.

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