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El Ejército mexicano incluyó un libro religioso del obispo Ruiz en la documentación para acusarle de zapatista

Juan Jesús Aznárez

El obispo de San Cristóbal de las Casas, Samuel Ruiz, figura de nuevo como comandante Samuel en la consideración del Ejército mexicano; dirigentes empresariales piden al prelado que abandone su mediación en Chiapas, y el Ministerio de Defensa incluyó los tomos I y II de su libro Por el bien de Jesucristo, hermanos en la relación de armas y pertrechos incautados a los zapatistas.El general José Salazar, responsable de la región, le sitúa en la trinchera enemiga, quintacolumnista del subcomandante Marcos con el alias de Caminante, cómplice de la corrosiva teología de la liberación. Las consideraciones del mando castrense llevaron a una polémica que el Gobierno ha preferido esquivar, y la Iglesia observa amañada. "Está claro que es obvio que está involucrado [en el zapatismo]", acusó Salazar en conferencia de prensa. Ocho horas después fue más preciso. "A pregunta expresa emití una opinión que no refleja el criterio oficial, es simplemente una expresión personal". Intervino un oficial cuando el comandante de Chiapas era acuciado por los periodistas. "Tiene una llamada urgente", y Salazar abandonó el local.

Pendientes las pruebas que demuestren el encuadramiento de la curia en las filas zapatistas, a cuya existencia aludió el jefe militar, la Iglesia reaccionó en defensa del presidente de la Comisión Nacional de Intermediación (Conai), muy crítico con la política pacificadora del Ejecutivo, y blanco de los sectores más intransigentes del Estado sureño. Onésimo Cepeda, portavoz de la Conferencia Episcopal, pidió a las autoridades federales "que dejen de satanizar a la gente para ponerse a trabajar en favor de la paz", y restó intenciones subversivas a los textos decomisados por los militares, entre ellos Los derechos de los hombres y las mujeres, de Carlos Lenkersdorf, publicado por la diócesis de San Cristóbal de las Casas en 1966. "Seguramente se trata de documentos que son orientaciones de tipo religioso para facilitar la tarea pastoral de los obispos, sacerdotes y catequistas de aquella región". La propia diócesis de San Cristóbal explicó que se trata de traducciones al tojolabal del evangelio según san Mateo, cancioneros y catecismos. "No negamos nuestra autoría, pues nos dice el apóstol san Pablo: "¡Ay de mí si no evangelizare!".

Actitud del Gobierno

El Gobierno, que ultima una nueva estrategia negociadora, no quiere entrar en una disputa que la malogre, y sin desautorizar al Ejército ("vamos a leer y estudiar la documentación", dijo el ministro de Interior, Francisco Labastida), valoró al obispo como posible factor de solución. "Hice un llamamiento a Samuel Ruiz para que también realice una importante aportación. Reconozco que hay una alta influencia de la Iglesia en la zona y, por ello, todos debemos contribuir", agregó. También desde el gubernamental Partido. Revolucionario Institucional (PRI) se recibieron apoyos. Según Pablo Salazar, senador por Chiapas, las causas de la puesta en tela de juicio del obispo son claras: "El trabajo de Samuel Ruiz en 30 años ha trastocado intereses, y es evidente que hay un sector que no lo ve con simpatías".Por otra parte, Pilar Estébanez, presidenta de Médicos del Mundo en España, y Celina Paredes, que atiende México desde hace casi cinco años, advierten sobre lo explosivo de la situación tras concluir ayer una semana de trabajo en Chiapas. "La situación puede agravarse todavía más. No se han puesto los medios suficientes por parte de las instituciones y la comunidad internacional para prevenir que se enquiste como una guerra de baja intensidad, como conflicto por ideas religiosas o ideológicas balcanizado", advierte Estébanez.

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