El futuro de la Universidad

Recientemente se ha constituido la Asociación para el Avance de la Ciencia y la Tecnología en España (AACTE) (EL PAÍS, 29 de octubre de 1997). Ante las recientes negociaciones entre los rectores y el ministerio sobre el título V de la LRU queremos hacer las siguientes consideraciones:Entendemos que hay aspectos positivos en los cambios propuestos, tales como la posibilidad de contrato estable para doctores, prorrogable según rendimiento, y que puede garantizar la estabilidad laboral sin necesidad de crear miles de nuevos funcionarios; o que, en un concurso oposición, la universidad convocante sólo nombre a uno de los miembros de la comisión, si bien nos habría parecido más justa la fórmula 0 + 5 y que se añadiera el requerimiento de que los miembros de la comisión tengan, al menos, dos sexenios de investigación aprobados.

Sin embargo, independientemente de qué nuevas escalas de profesorado se introduzcan, lo fundamental es que el acceso a cualquiera de ellas se haga mediante procesos de selección rigurosos e imparciales, y en los que se respete el principio constitucional de capacidad y mérito de todos los candidatos. Sería una aberración que el ascenso dentro de la universidad se rigiera por la antigüedad y no por una evaluación seria de la producción científica y la calidad de la docencia impartida.

Todas las buenas intenciones pueden quedar en papel mojado si las normas se establecen para no ser cumplidas. Es de todos sabido en el ámbito universitario que los tribunales de oposición con frecuencia recurren a todo tipo de triquiñuelas legales, e incluso ilegales, para favorecer al "candidato de la casa", y que los departamentos, con la anuencia de la universidad, emplean a menudo estratagemas tales como anunciar las oposiciones en agosto (por ejemplo, la Universidad de La Laguna convocó 70 plazas de catedrático y de profesor titular el pasado 2 de agosto) o imponer perfiles docentes que son poco más o menos el título de la tesis doctoral del candidato que está previsto de antemano que va a ganar el concurso oposición. Ante estos abusos institucionales, que violan los preceptos básicos de la LRU, a los candidatos perjudicados les queda poco más que el derecho al pataleo. Si el acceso a la carrera docente e investigadora va a seguir dependiendo de las arbitrariedades de los departamentos, no es necesario cambiar nada. Para nosotros es evidente que la falta de transparencia

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y de igualdad de oportunidades en los procesos de selección sólo benefician a quienes carecen de la competencia necesaria para superar los concursos en- buena lid y sin baremos amañados. En este contexto, la AACTE insta a las instituciones involucradas en la reforma universitaria a no perder una oportunidad única para erradicar el clientelismo y la endogamia, creando las bases de una Universidad justa que sea el motor del avance cultural y tecnológico.- doctor en Ciencias Físicas e investigador del I. de Astrofísica de Canarias, y 85 firmas más.