Gloria Méndez debuta con una novela narrada en clave científica

Es muy posible que al concluir El informe Kristeva (Seix Barral) el lector esté totalmente convencido de la veracidad de la historia que se narra. Sin embargo, se trata de un argumento ficticio, en concreto de la primera novela de Gloria Méndez (El Ferrol, 1969), en la que la autora ofrece un concentrado de su gusto por la mentira, por "crear confusión". "Si lo que cuento hace sentir y pensar, qué más da si es verdad o no, si es un juego'' reflexiona esta joven escritora que ha dedicado una década de su vida al libro.

Licenciada en filología española, doctorada en fotografía y traductora, Gloria Méndez ha invertido 10 años en la elaboración de esta novela. "No tenía tiempo para dedicarme a él", declara esta mujer acostumbrada a cambiar de país de residencia y adaptarse cada cierto tiempo a realidades tan diferentes como las de París, México o Uganda, por citar tan sólo algunos de los lugares en los que ha vivido en los últimos años."En realidad, cuando te dedicas a cosas tan variadas como dar clases en la Universidad o hacer fotografías, la gente no te toma en serio. Y además, como me ven muy joven, todavía menos. Así que he aprendido a seleccionar la información que doy sobre mi y así todo me va mucho mejor", explica.

Faceta académica

El informe Kristeva está claramente influida por la faceta académica de la autora. En el libro, Méndez bucea en la historia de una mujer polaca, Ana Kristeva, una pintora sin talento, que un buen día decide abandonar la mediocridad de la vida que lleva junto a su marido. El cambio por el que opta es radical: se marcha a unas montañas de Asia, las Karakorum, donde entra en contacto con tres culturas diametralmente opuestas entre sí y absolutamente desconocidas para el mundo occidental.Kristeva deja constancia de su hallazgo en varias cartas y escritos personales, de gran belleza literaria, que siembran el descon cierto entre los antropólogos: para algunos, se trata de una escritora de gran fabulación, mientras que, el resto le reconoce el mérito de haber abierto el camino hacia el conocimiento de nuevas civilizaciones.

La novela está estructurada en forma de artículos científicos en los que diferentes estudiosos de Kristeva, tanto partidarios como detractores, exponen sus puntos de vista al tiempo que van tejiendo una tela de araña que parte en la mujer y se nutre de sus supuestos hallazgos antropológicos. ["Esta riqueza de registros, que acredita notable capacidad mimética", ha señalado el crítico Miguel García Posada en Babelia, es lo más destacado del libro y se convierte, de por sí, en fuente de perspectivismo, en la medida en que los diferentes discursos no siempre son complementarios, sino que a menudo se contradicen".]

La autora del libro ha inventado una completa biografía de todos ellos, que encabeza cada artículo. "Para mí, la estructura es casi tan importante como el contenido, porque en realidad temas hay muy pocos y siempre o se van repitiendo", comenta Méndez, que disfruta con la narración en estado puro, pero que prefiere los libros que la trasciendan de algún modo. "Hay autores muy publicados que lo único que hacen es mirarse el ombligo", sostiene Gloria Méndez.

Autobiografla

A renglón seguido explica porqué optó por esta pátina de academicismo: "Cuando empecé a escribir la novela estudiaba filología, y ahí lo que se hace es leer un libró y buscar luego lo que 10. 000 personas han dicho sobre ese autor. Y decidí trabajar sobre esa idea", explica la escritora.Siendo su propia vida tan intensa, no sería extraño encontrar elementos autobiográficos en la novela. Sin embargo, aunque reconoce que "el libro tiene mucho de mí", asegura que "nunca escribo de forma autobiográfica". Y se resiste a la posibilidad de nutrir sus libros con su propia vida porque "me interesa escribir sobre cosas de las que no tengo ni idea porque así aprendo sobre ellas, me gusta interpretar las cosas a través de la ficción