1.800 vacas lecheras, el 9% de la cabaña, sacrificadas al estar enfermas de tuberculosis

La población bovina de la región ha sufrido 1.800 bajas en los últimos meses por culpa de la tuberculosis y, en menor medida, de la brucelosis o fiebres de Malta. Semejante volumen de sacrificios es fruto de una exhaustiva campaña sanitaría emprendida por la Dirección General de Agricultura por todas y cada una de las 198 explotaciones lecheras de la Comunidad. Las autoridades autonómicas pretenden que la ganadería madrileña se encuentre en impecable estado de revista el próximo 1 de enero, cuando entra en vigor la normativa comunitaria sobre leche de vaca.

Los mínimos europeos de calidad, mucho más rigurosos de los que hasta ahora regían en España, han conducido al matadero al 9% de las vacas lecheras de Madrid, cuyo censo se aproxima a los 20.000 ejemplares. De los 1.800 animales enfermos, 1.075 se concentraban en sólo ocho, explotaciones ganaderas: tres en Colmenar Viejo y una en Getafe, Alcobendas, Alpedrete, Guadalix de la Sierra y Villamanrique de Tajo. Para esta última, la inspección supuso una sangría en toda regla: casi 300 cabezas aniquiladas.Manuel Carlón, secretario general de los Ganaderos Independientes de Madrid (GIM), la asociación que aglutina a la inmesa mayoría del sector, defendió la severidad de la nueva Pormativa europea, pero acusó a la Administración regional de "no dar la talla". "Cada cabeza sacrificada supone un enorme esfuerzo para los ganaderos, pero la Comunidad, impasible, tarda hasta un año en satisfacer las indemnizaciones", protestó.

El valor medio de mercado de una vaca lechera ronda las 190.000 pesetas. La Comunidad ofrece hasta 90.000 pesetas de ayuda por el sacrificio y reposición del animal, y con la venta de la carne se pueden obtener otras 100.000 pesetas, "con lo que al ganadero le sale lo comido por lo servido", resumió el director general de Agricultura, Adolfo Cazorla. Este reconoció que, "por esas cosas que, tiene la Administración", los pagos se retrasan "tres o cuatro meses", pero subrayó: "Lo importante es que hemos conseguido el total saneamiento del 90% de las explotaciones vacunas madrileñas".

Cazorla consideró que el porcentaje de reses "enfermas" era razonable. Carlón, por el contrario, lo calificó de "preocupante" y pidió una investigación veterinaria al respecto.