Pugna soterrada entre diplomacias
Las negociaciones entre la Iglesia y el Estado en el marco de los preparativos de la visita del Papa a Cuba están rodeadas de una serie de roces y pugnas sordas, que se mantienen tapadas por un "silencio diplomático" consensuado. "A ninguna de las dos instituciones le interesa un enfrentamiento en estos momentos, y mucho menos por problemas que se consideran menores", opina un observador extranjero, que cita varios ejemplos. Uno es que hoy solamente en ciertos ambientes diplomáticos se conoce que todavía las autoridades no han dado a la Iglesia el permiso, solicitado hace seis meses, para comprar cuatro fotocopiadoras que serían utilizadas para tareas de divulgación por la comisión eclesial que prepara la visita del Papa. "Tampoco mucha gente conoce", añade, "que los gobiernos locales han hecho saber en diversas diócesis de la isla que los carteles con la foto del Papa que la Iglesia distribuye desde hace algunas semanas no deben ser colocados en farolas ni en la vía pública, aunque los cubanos que lo deseen sí pueden ponerlos en la puerta de sus casas".El obispo de Cienfuegos, Emilio Aranguren, confirmó a EL PAÍS que el Poder Popular de Cienfuegos (gobierno local) ha dado en su ciudad "orientaciones" de este tipo, y también reconoció que tanto allí como en toda la isla las procesiones públicas de la Virgen de la Caridad por la calle están prohibidas.
Sin embargo, todas estas "limitaciones" no impiden que la Iglesia vea el futuro con cierto optimismo. "Creo que lo avanzado no debe retroceder. Todo no concluye con la visita del Papa, pues las relaciones Iglesia-Estado seguirán", afirma Aranguren. Y añade: "Hemos conversado, y ahora quienes representan al Estado en el diálogo con la Iglesia conocen más la identidad de la Iglesia, su misión, su propia organización, su estilo, y espero que este conocimiento permita continuar y que en el futuro que no haya solamente una aceptación teórica de la Iglesia, sino una aceptación práctica".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.