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EL DEBATE SOBRE EL EMPLEO

Aznar se compromete ahora y sin fijar plazos a cumplir los compromisos de empleo de la UE

El Gobierno cumplirá los acuerdos de, empleo de la Unión Europea "teniendo en cuenta la realidad del mercado de trabajo en España" y "la situación económica, laboral y presupuestaria". Su presidente, José María Aznar, asumió ayer esos compromisos ante el Parlamento y se mostró más voluntarista que en la cumbre comunitaria de Luxemburgo. El Ejecutivo incorporará sus resoluciones al Plan de Acción, Nacional de Empleo, que debe presentar al Consejo de Cardiff en junio. En todo caso, Aznar eludió fijar los plazos para cumplir los compromisos de Luxemburgo. Allí, España se autoexcluyó ante sus socios del compromiso de los jefes de Estado y de Gobierno de ofrecer, durante los próximos cinco años, reinserción laboral, formación profesional, reconversión profesional o empleo en prácticas a los parados menores de 25 años y de todos los que lleven más de un año en desempleo. Este acuerdo básico -dar formación y oportunidades de empleo a los jóvenes parados menores de 25 años y a todos los que lleven en desempleo más de un año- no sirvió allí para España por razones de "coste". Ayer en el Parlamento el presidente no cuantificó el coste de esas medidas.Aunque Aznar rectificó en parte su actuación en Luxemburgo, no justificó por qué se autoexcluyó de los compromisos allí asumidos por los restantes países de la Unión Europea. Se limitó a afirmar que no acudió a Luxemburgo con "una actitud defensiva", tal como le han acusado los grupos de la oposición, y argumentó que su Gobierno está aplicando la política correcta, está creando el 50% de los empleos de la UE en 1997, ha logrado bajar la tasa de paro del 22% a menos del 20% en sus 18 meses de Gobierno, y prevé que se generarán un millón de puestos de trabajo entre 1997 y el año 2000. También se escudó en la herencia recibida del Gabinete socialista, que le dejó el paro más elevado en los Estados miembros.

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El líder del principal partido de la oposición, Joaquín Almunia, calificó con una frase la actuación de Aznar en Luxemburgo: "El Gobierno español hace buenas las palabras de su presidente de que aspira a convertirse en el último bastión de la derecha europea". El secretario general del PSOE afirmó que el Ejecutivo quiso que la cumbre europea "no implicase la asunción de ningún compromiso en materia de lucha contra el paro", y se quedó sólo en su propósito.Las descalificaciones, críticas y lo que Aznar considera insultos, recibidos en los últimos días desde los partidos de oposición y sindicatos, los justificó en la falta de información y en el desconocimiento del desarrollo de la cumbre. A quienes han afirmado que el Consejo de Empleo se ha celebrado porque hay una mayoría progresista -el PSOE-, les respondió que es "sencillamente absurdo". Y contraatacó diciendo que la aportación española en la etapa socialista a las políticas comunitarias de empleo "fue poner en la mesa una tasa de paro del 23%".También se mostró molesto por la acusación de "la dramática soledad del Gobierno español", vertida desde toda la oposición. La respuesta de Aznar es que "todas las propuestas de España fueron aceptadas". Y en el supuesto de que aceptase que ha habido cláusula de exclusión, que no lo acepta, matizó que eso no se podrá saber hasta dentro de cinco años.

El presidente aludió en todo momento a la responsabilidad de su Gobierno para no aceptar el plazo asumido por el resto de países -cinco años- para aplicar los acuerdos de dar empleo o formación a los parados. "A alguna de sus señorías no le hubiese importado firmar unas políticas aunque tengan un coste cercano al billón de pesetas", añadió. Esa cifra parece ser una hipótesis y también parece que la frase iba dirigida al ex líder del PSOE Felipe González. Como también esta otra: "Cuando se ha apostado previamente por el fracaso, a alguien hay que imputarle ese pretendido fracaso".

En un tono más conciliador, pidió a todos los grupos políticos, así como a las comunidades autónomas y a los agentes sociales, que aúnen esfuerzos y responsabilidad en torno al Plan de Acción Nacional de Empleo, que el Gobierno va a empezar a elaborar. El presidente va a convocar a patronal y sindicatos para trabajar en ese programa, en el que también tendrán un papel importante las autonomías.

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A ese debate se unirá la elaboración de un nuevo Programa Nacional de Formación, que debe estar en diciembre, la mejor a del sistema de protección por desempleo, la reordenación del tiempo de trabajo que van a negociar patronal y sindicatos, el diseño de un nuevo Servicio Público de Empleo que tome el relevo del Inem, y una reforma fiscal que se abordará en 1998, y en la que acepta incluir un debate sobre las cotizaciones a la Seguridad Social, tras la petición presentada por CiU de que rebaje las cuotas sociales.

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