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Cuba acusa a Europa de amenazas y discriminación

La relación entre España y Cuba acaba de experimentar una cierta distensión con el envío de un alto cargo a La Habana -el secretario de Estado de Comercio, José Manuel Fernández Norniella- pero no así la que mantiene el régimen castrista con la Unión Europea, que se encuentra en su peor momento. Prueba de ello, la durísima carta confidencial que el ministro de Asuntos Exteriores cubano, Roberto Robaina, ha enviado al presidente de turno de la UE, el luxemburgués Jacques Poos, en la que acusa a los Quince de amenazar y discriminar a su país.La viceministra cubana de Exteriores, Isabel Allende, entregó el 30 de septiembre la misiva de Robaina a Poos. En ella, el jefe de la diplomacia cubana respondía a la llamada "posición común" que los Quince le habían remitido un mes antes. El texto sentaba las bases sobre las cuales la Unión estaba dispuesta a reanudar el diálogo con La Habana, suspendido desde principios de 1996.

El documento, que la diplomacia española intentó endurecer mientras otros socios lo querían suavizar, supedita el diálogo político y la cooperación con La Habana a la mejora de los derechos humanos y libertades en la isla. Posteriormente, en septiembre, la UE acordó además crear un grupo de trabajo sobre derechos humanos en Cuba integrado por tres diplomáticos europeos allí acreditados, encargados ahora de los contactos con la disidencia.

En su contestación a estas iniciativas, a la que ha tenido acceso EL PAÍS, Robaina afirma que le resulta "imposible comprender las razones que han conducido a la UE a adoptar una política que pone en tela de juicio y desconoce la existencia de un sistema democrático" en Cuba. "Tales condiciones no sólo son consideradas como una injerencia inaceptable en nuestros asuntos internos, sino como un trato discriminatorio con nuestro país", añade.

"Vincular la cooperación con Cuba a mejoras en materia de derechos humanos o cambios democráticos constituye un trato totalmente injustificado", prosigue. "(...) la insistencia de la UE en abordar el tema [de los derechos humanos] nos obliga a recordarle que rechazamos categóricamente esta injerencia en nuestra política interior y el ton o amenazador de sus palabras".

La viceministra Allende hizo el 7 de octubre una escala en Madrid para dar copia de la carta de Robaina al secretario de Estado de Cooperación, Fernando Villalonga.

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