La Fundación Toledo pide una sede universitaria en el casco antiguo para evitar su despoblamiento

Una auditoría realizada por encargo de la Real Fundación de Toledo (RFT), institución privada creada hace nueve años para promover la revitalización del casco histórico y su entorno, ha revelado, entre otros problemas, el peligroso despoblamiento del centro, que ha pasado de 50.000 habitantes en el siglo XVI a 10.000 en el último censo, y que podría llegar a 2.500 en la próxima década. La RFT piensa que la gran dificultad de invertir esta tendencia se podría resolver con la ubicación en el casco antiguo de un complejo universitario que revitalizara toda la zona.

La auditoría encargada desde la Real Fundación de Toledo, primera que se realiza en una ciudad europea, revela los problemas más graves con que se encuentra el casco histórico, incluidos aquellos que afectan a su población. El primero que se destaca y sobre el que la fundación viene alertando desde hace años es el gran éxodo ciudadano.El casco antiguo que contó con unos 50.000 habitantes en el siglo XVI, pasó a 25.000 en los años cincuenta y sesenta de nuestro siglo, mientras el último censo arroja una cifra de 10.000 habitantes, de los que 2.500 son mayores de 65 años. La auditoría, revela que el casco histórico de Toledo pierde dos o tres habitantes diarios, lo que suponen 600 o 700 al año, por lo que se concluye que en 10 o 15 años puede llegar a la pobre cifra de 2.500 habitantes. En la actualidad el alcalde de Toledo, Agustín Conde, del PP, quiere invertir esta tendencia. Gregorio Marañón, presidente de RFT, piensa que una de las maneras de revitalizar demográficamente el centro sería acoger un importante complejo universitario, así como un programa de viviendas municipales.

Otro problema que destaca la auditoría es el proceso soterrado de destrucción de Toledo, amparado en gran parte en el hecho de que los edificios están bien conservados, pero no así patios, jardines, huertas y otros elementos urbanísticos. Entre los datos que se aportan está el hecho de que desde la guerra civil española el 40% de los edificios ha sido destruido y sustituido por nuevas edificaciones. La Fundación ha logrado que las diferentes administraciones, de distinto signo político, que gobiernan Toledo hayan aprobado el plan urbanístico, que ha sido estudiado durante siete años y que estuvo cinco sin acometerse por falta de acuerdo.

Esta institución privada ha acometido en sus nueve años de existencia unos 150 proyectos de muy diversa índole. Para ello ha contado con 1.000 millones de pesetas, provenientes de muy diversas aportaciones, ya que no cuentan con grandes patrocinadores, aunque Marañón señala que su efecto ha sido mucho más amplio que la mera aplicación de ese gasto, que considera ha sido muy bien invertido. Entre sus logros, por los que han recibido diversos premios, se encuentra el plan especial para el casco histórico, el plan de tráfico para el centro de la ciudad, el proyecto de señalización, diseñado por Alberto Corazón, y numerosas rehabilitaciones y restauraciones de obras de arte.

Sin olvidar ni uno sólo de los objetivos de la RFT esta institución se muestra exultante con su proyecto estrella: La recuperación para diversas actividades de la casa Roca Tarpeya, un singular edificio, que ahora pasará a ser sede de la RFT, museo Victorio Macho y centro cultural. Mientras se realizan las obras, la colección de Macho ha sido guardada en un convento toledano. En Roca Tarpeya, donde estaba guardada y en estado de semiabandono la mayor parte de la obra del escultor, fallecido en 1968, se encontró escondido en un cajón el busto de Dolores Ibárruri que el artista hiciera de la líder comunista en Valencia en 1937.