_
_
_
_

El Mercado Puerta de Toledo continúa sin publico pese al plan de reactivación

Antonio Jiménez Barca

El Mercado Puerta de Toledo, en el distrito de Centro, ha padecido desde su inauguración, en noviembre de 1988, una enfermedad grave para cualquier recinto comercial: la ausencia de público. En 1994, de los 137 puestos originales, quedaban abiertos sólo 40, el resto había desertado por la falta de negocio. Ahora, sólo siete comerciantes de aquellos tiempos resisten: cinco anticuarios que utilizan la tienda como almacén y dos vendedores de marcos, a los que les persigue de cerca la ruina. El plan de reactivación de la Comunidad de Madrid no ha atraído a la gente.

Más información
Economía invertirá 5 millones en 1998 para señales

El PP anunció a bombo y platillo que resucitaría esa superficie agonizante cuando llegara al Gobierno. Pero, 28 meses después, el centro sigue, desangelado y sin clientela, según comprobó este periódico el pasado miércoles. Aunque se ha llenado de oficinas, la mayoría de la propia Administración regional, que ha trasladado al complejo comercial algunos servicios de Turismo, Educación y Cultura, Promoción Empresarial y Agricultura, el público sigue sin acudir.Además, los remedios aplica dos por la Comunidad para resucitar el centro han sido, en ocasiones, peores que la propia enfermedad. Ejemplo: la reluciente oficina de Turismo que se ha instalado en el Mercado Puerta de Toledo. Los cuatro empleados de esta oficina acostumbraban a recibir hace un año, cuando se alojaban en la plaza de España, a más de 500 personas al día durante los meses de invierno. Ahora, en su nuevo emplazamiento, no atienden a más de 20. Con un suspiro, una de las funcionarias confesó el miércoles: "Hay que reconocer que esto es aburrido".

La Consejería de Economía ofreció alquileres baratos para jóvenes empresarios en los locales vacíos del Mercado Puerta de Toledo con la idea de recuperar la actividad en el complejo comercial. Los anticuarios denuncian que, mientras ellos pagan 7.000 pesetas por cada metro cuadrado de su local, los nuevos inquilinos sólo tienen que abonar 1.000 pesetas por el mismo espacio y con las mismas condiciones. Hasta ahora, una treintena de empresas se ha alojado en el Puerta de Toledo.

Luis Blázquez, consejero de Economía y hasta el viernes presidente del Mercado Puerta de Toledo, aseguraba en 1996 que el centro comercial le costó al Gobierno regional 100 millones de pesetas. Estas cifras han variado en 1997, según Blázquez: "El mercado ha ganado cinco millones", declaró a Europa Press. Para los presupuestos del año que viene, el Gobierno regional calcula que el centro recaudará 178 millones de pesetas, con lo que cubrirá gastos.

Enjugar pérdidas

Al anticuario Jesús Foyaca, veterano desde el principio en el ruinoso mercado, no le cuadran los números: "¿De dónde saca Blázquez esos 178 millones? Vamos a ver: los anticuarios pagamos unos 20 millones de pesetas al año de alquiler. Los jóvenes empresarios no llegan a los 12 millones. Lo que pasa es que los distintos organismos de la Comunidad que han trasladado aquí sus oficinas pagan el alquiler al Mercado Puerta de Toledo, que es también de la Comunidad ¡Bonita forma de enjugar las pérdidas!". Foyaca ha empezado a anunciar en los periódicos su ruina para animar a los compradores a que le ayuden a deshacerse de los saldos por liquidación. "Beneficiese del 50% de descuento al tiempo que comprueba el mal uso que hace la Comunidad de sus impuestos", reza el anuncio. En todas sus tiendas ha pegado un cartel con este mismo reclamo.Blázquez, de quien este periódico trató sin éxito el viernes de recabar su versión, anunció ese mismo día una nueva idea para reactivar el mercado: un restaurante con cocinero de fuste. "Si pusiéramos un cocinero emblemático en el Puerta de Toledo, conseguiríamos aumentar las visitas, porque al final la gente va a un restaurante si le gusta la comida, sin importarle el sitio donde está", dijo a Europa Press. Mientras tanto, Foyaca y los suyos se quejan de que con los nuevos locales (gestorías, tiendas de teléfonos móviles, comercios de ordenadores y todo tipo de servicios administrativos) "el Mercado ha perdido completamente el norte". "Si estaba vacío antes, más está ahora, porque los nuevos establecimientos cierran los sábados y el resto de los días se van muy pronto", comentaba el miércoles una vendedora de marcos.

Estos comerciantes mantienen un pleito con la Comunidad, a la que acusan de haberles estafado. Y denuncian el trato de favor a los recién llegados. El diputado socialista Juan Antonio Barrio está de acuerdo con los anticuarios: "Lo que ha hecho la Comunidad de Madrid es alquilarse a si misma un buen número de locales".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_