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Una campaña de jugarse el todo por el todo'

Marruecos y el Frente Polisario se preparan cada uno por su parte a jugarse el todo por el todo en la campana previa al referéndum. Una vez terminada la identificación de los saharauis con derecho a voto, la ONU repatriará a los 50.000 refugiados de Tinduf a sus lugares de origen, donde está previsto que voten. Los acuerdos de Houston han sido redactados de tal manera que dejan un margen de "interpretación" a cada una de las partes susceptibles de crear nuevos obstáculos al proceso.La polémica surgida ya en relación con la fecha del referéndum es una prueba. Rabat, en base a cálculos técnicos, ha estimado que el referéndum será el 6 de diciembre del año próximo. El Polisario, cogido por sorpresa, no ha reaccionado. La ONU recuerda que es ella quien decide "única y exclusivamente" del calendario y de sus modalidades.

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Las presiones psicológicas y materiales sobre el adversario no han hecho más que comenzar. En los acuerdos firmados entre el Polisario y Marruecos se prevé que "organizaciones internacionales reconocidas " puedan asistir al proceso referendario. Muchas ONG solidarias con el pueblo saharaui se disponen a enviar sus gentes. Pues Marruecos no se quedará corto. No sólo el rey Hassan en persona abrirá la campaña electoral con un viaje previsto a la región, sino que "los partidos políticos, los sindicatos y todo ciudadano marroquí que lo desee podrán participar en la campaña electoral", ha afirmado Dris Basri. El bloque saharaui prointegración en Marruecos tendrá detrás de él a un país de 30 millones de habitantes con todas sus instituciones.

Para colmo de la complejidad jurídico-administrativa, Marruecos se ha lanzado en un proceso de regionalización que afecta a sus "provincias saharianas". La primera fricción se ha producido en Esmara. Los chiujs y notables de la ciudad santa, donde está enterrado el jeque Malainin, líder político y espiritual de las tribus saharauis, han redactado un manifiesto en el que muestran su desacuerdo con la división geográfica: Esmara ha sido atada a dos provincias del sur de Marruecos con las que los vínculos son por lo menos lejanos, y desgajada de las otras dos regiones del Sáhara, El Aaiún y Dajla.

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