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Escepticismo y miedo en los expertos españoles ante las ranas sin cabeza

Los científicos rechazan la posible creación de seres mutilados

"Una cosa es modificar genéticamente un renacuajo y otra hacerlo con un ser humano porque representaría infinitos problemas éticos, aparte de biológicos, juridicos, científicos...". De esta manera resumen los catedráticos universitarios consultados sus impresiones sobre la modificación genética de ranas que ha logrado embriones sin cola ni cabeza. Éstos rechazan que en un futuro se aplique la misma técnica a los humanos para trasplantes. Los especialistas se mueven entre el escepticismo, el horror y el llamamiento al espíritu crítico.

El experimento del británico Jonathan Slack aún no ha sido analizado por los científicos, que se mantienen a la espera de su publicación en alguna revista especializada para manifestarse en contra o a favor de tal novedad. Lo cierto es que el embrión de rana sin, cola ni cabeza ya es una realidad y la posibilidad que apunta su impulsor de que dentro de 10 o 15 años pueda intentarse producir un experimento similar con un ser humano en un laboratorio ha levantado a más de uno de su asiento. Gonzalo Herranz, director del departamento de Bioética y catedrático de Anatomía Patológica en la Universidad de Navarra, plantea dos problemas, uno ético y otro biológico: "La producción artificial de esos engendros humanos se realizaría en un útero que se supone que sería alquilado y habría que ver si serían válidos para el trasplante los órganos de esas incubadoras humanas". Y recuerda la experiencia realizada hace una década en Alemania, cuando nacieron varios niños anencéfalos (sin cerebro) y fueron llevados directamente desde la sala del parto hasta la de trasplantes. "En su día, esta experiencia ya planteó muchos problemas éticos y condenas, aunque posteriormente se llevó a cabo una experiencia similar en Estados Unidos, planteándola desde el punto de vista humanitario, ya que para los padres de esos niños era importante que los órganos de sus hijos siguieran viviendo en otros".

Factible pero delirante

El catedrático de Física Cayetano López señala la diferencia ética que existe entre la utilización de los órganos de un niño que nace ya sin cabeza y la creación premeditada de seres mutilados. "Me parece factible, pero a la vez un auténtico delirio desde el punto de vista moral pensar que en un futuro se puedan preparar embriones en los que sólo se desarrolle una parte del cuerpo e incluso que se puedan crearciones ímperfectos de una serie, de personas, sin sistema nervioso central, para disponer de sus órganos. Quizás sea un argumento irracional, pero me parece una perspectiva horrenda, incluso desde el punto de vista estético". Los responsables del Instituto Roslin de genética molecular (famosos por crear a la oveja clóníca Dolly) han manifestado que los propósitos de su compatriota son de "ciencia ficción", aunque, por si acaso, dicen que ni siquiera se debería intentar.

Otro lado espinoso sería el jurídico. "Habría que crear una reglamentación previa para analizar hasta dónde llega la legalidad de este tipo de manipulaciones genéticas, porque llevarlo directamente al código penal sería un disparate", dice Francisco Muñoz Conde, catedrático de Derecho Penal de la Universidad de Sevilla. "Otra cosa muy diferente sería que se crearan órganos al margen del ser humano". En opinión del biólogo Faustino Cordón, "hay mucha irracionalidad en la ciencia actual y la comunidad científica debería ser más crítica. Eticamente todo esto sería muy cuestionable y es poco racional correlacionar un efecto como éste con un resultado tan lejano, sin estudiar y entender el proceso entero".

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