En marcha una nueva generación fármacos contra la obesidad

Los consumidores de los fármacos adelgazantes retirados recientemente en varios países, entre ellos España, no deberían sentirse desamparados por tener ahora menos apoyo en su lucha contra los kilos. Estos medicamentos eran considerados por los especialistas poco eficaces, aunque era la única oferta de una industria que de ningún modo quiere desperdiciar una demanda creciente.Los investigadores aseguran que pronto aparecerá una nueva generación de fármacos más efectivos, sin apenas efectos secundarios y específicos para la causa de la obesidad de cada uno. Mientras llegan, dos nuevos compuesIos prometedores están a punto de aprobarse en Estados Unidos.

Los medicamentos retirados -un inhibidor del apetito y un activador del gasto energético- se recetaban mucho 11 porque no hay nada más" y por el principio de que ,algo sí hacen", pese a que la lista de sus efectos secundarios "era larga y conocida", afirma Andreu Palou, de la. Universidad de las Islas Baleares y coordinador de la sesión de nutrición del congreso de la Sociedad Española de Bioquímica y Biología Molecular celebrado recientemente en Madrid. El hallazgo de que si ambos fármacos se toman juntos las consecuencias negativas -sobretodo enfermedades cardiovasculares- van mas allá de lo tolerable es lo que finalmente los ha barrido del mercado.

Es una, muestra más de lo difícil que será solucionar un problema que cada vez afecta a más gente en el mundo desarrollado. Datos publicados este verano en The New England Journal of Medicine indican el incremento de obsesidades severas en EE UU. Además, el 95% de los que adelgazan vuelve a engordar antes de 10 años.

"En los últimos años se ha avanzado mucho en la investigación", señala José Fernández-López, investigador de la -Universidad de Barcelona. Por ejemplo, hoy se sabe, por estudios de gemelos y familias, que el índice de masa corporal de un individuo se debe en un 80% a sus genes, y que éstos además influyen en el tipo de metabolismo, la distribución de grasa en el cuerpo o las preferencias por ciertos alimentos.

Pero el ambiente también pesa. De hecho, el rápido aumento de obesos debe ser por causas externas, porque los genes de una población no cambian de golpe. Este ambiente puede ser la dieta. "Estamos preparados para épocas de escasez, para aprovecharlo todo. No nos hemos adaptado a la abundancia y variedad de la dieta actual", dice María Luisa Bonet, de la Universidad de las Islas Baleares.

El hecho es que en total se han identificado ya más de una docena de genes implicados en la obesidad, y se esperan más. Están sirviendo sobre todo para profundizar en cómo se controla la ingesta -el apetito, la preferencia por determinados alimentos-, el gasto energético y la conversión de la energía sobrante en grasa.