Convergència se da por satisfecha y ratifica su voluntad de aprobar los Presupuestos de 1998

El Consejo Nacional de Convergéncia Democrática se ratificó ayer en la voluntad ya anunciada de favorecer la aprobación de los Presupuestos Generales del Estadopara 1998, una vez escuchados los argumentos a favor de Jordi Pujol y sin que apenas se levantara alguna voz crítica. Pujol calificó de "satisfactorios", "con sus más y menos", los resultados de las negociaciones con el Gobierno y aconsejó el voto a favor, si bien formalmente ésta es una decisión que no se tomará hasta consultarla con los socios de Unió Democrática y agotar el tiempo hábil para negociar.

Pujol mantuvo el viernes y el sábado una negociación telefónica con el presidente del Gobierno, José María Aznar, que resultó exitosa porque, al parecer , obtuvo el compromiso de mejorar los ingresos ordinarios de la Generalitat.Aunque el presidente catalán se mostró hermético, fuentes de CDC indicaron que el acuerdo alcanzado con Aznar tiene que ver con la revaloración del coste de los llamados servicios específicos, es decir, aquellos que asume la Generalitat pero no otras comunidades autónomas: prisiones, policía, lengua, cultura... A finales de 1996, y en cumplimiento del pacto de investidura, la Generalitat ya obtuvo 32.000 millones por este concepto, que se consolidaron como ingresos para los años siguientes.

CDC, Pujol aceptó que el apoyo al PP provoca en el partido bastante incomodidad, por la insensibilidad de los populares a temas catalanes, pero a ello contrapuso la lista de lo obtenido gracias al pacto de gobernabilidad y la buena marcha de la economía.

Tres fueron los argumentos empleados por Pujol para defender el voto a los presupuestos ante el consejo nacional de su partido, reunido en un hotel del campus dé la Universidad Autónoma de Bellaterra. En primer lugar, por vocación europeísta, ya que estos presu-

uestos son imprescindibles ara entrar "con buen pie" en moneda única. En segundo lugar, porque permiten conti

nuar haciendo una política económica y social de resultados, en su opinión, positivos. Y porque suponen para la Generali

tat unos ingresos suficientes para confeccionar unos presupuestos propios que le permitirán mantener su política sanitaria y educativa, que era la principal preocupación de Pujol, junto a un aumento de las inversiones del Estado en Cataluña.

El presidente catalán se mostró convencido de que se cumplirá el compromiso del Gobierno de inyectar 51.000 millones extras a la sanidad catalana en 1998 y 1999, que serán 61.000 millones en los dos anos siguientes. Lo dijo minutos después de que el portavoz parlamentario de CIU y principal negociador con el PP, Joaquim Molins, se mostrara ante la prensa mucho más ambiguo: se remitió a lo que acuerde a Finales de octubre el Consejo de Política Fiscal y Financiera y mostró su "confianza" en que se reconocerá que el gasto sanitario real de todo el sistema es superior al presupuestado.

Molins confirmó que el presupuesto no prevé ninguna partida adicional para las comunidades autónomas con competencia en enseñanza destinada a sufragar el sobrecosto que supone la aplicación de la reforma educativa. Agregó que "confía" en que ese dinero llegará cuando el Libro Blanco de la enseñanza que el Gobierno debe elaborar demuestre que la aplicación de la LOGSE es más cara que el sistema educativo anterior.