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La ONU paraliza las labores humanitarias en el antiguo Zaire

El Alto Comisionado para las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) anunció ayer la suspensión de sus operaciones de socorro a los refugiados ruandeses en la República Democrática del Congo. Fernando del Mundo, portavoz de la Institución, precisó que todavía quedan 20.000 personas en el país y que las actividades comunitarias se reiniciarán cuando Kinshasa ofrezca garantías suficientes de respeto humanitario."Nuestras operaciones en favor de los refugiados ruandeses se reiniciarán cuando el Gobierno de Laurent Kabila de las garantías completas de respeto a las reglas del derecho internacional". Fernando del Mundo especificó que entre las peticiones del Acnur se encuentran el derecho de acceso a los refugiados, la posibilidad de escuchar sus testimonios y el derecho de proteger a aquellos que no quieran ser repatriados.

El portavoz dijo que estas últimas actividades cesaron en Kisangani, donde sólo quedan unas 12 personas, especialmente mujeres embarazadas. "Otros 20.000 refugiados están dispersos por todo el país, particularmente en la región de Shabunda. Nosotros las hemos localizado, pero todavía no podemos trabajar".

Acnur, según su portavoz, posee informaciones que indican que las ejecuciones de refugiados hutus ruandeses continúan, y calculó en 200.000 las personas originarías de esta etnia las que han desaparecido en el este del antiguo Zaire desde el inicio de la ofensiva de las tropas de Laurent Kabila.

Más de 700 refugiados ruandeses y burundeses fueron expulsados el jueves de la semana pasada de Kisangani por las tropas gubernamentales, que después las llevaron hacia Kigali y Bujumbura. Sadako Ogata, la titular del Acnur, ha protestado.

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