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El 10% de los tumores tiene una causa primaria hereditaria

Javier Sampedro

La mayoría de los tumores se deben a mutaciones genéticas sobrevenidas durante la vida del individuo, pero la herencia juega en el cáncer un papel mucho mayor del que se creía hasta ahora. El 10% de los casos de cáncer tienen una causa primaria hereditaria, ya que las personas que los padecen están lastradas desde su nacimiento por una mutación en algún oncogén importante, según reveló ayer Carlos Cordón, jefe de patología molecular del Memorial Sloan Kettering Cancer Centre de Nueva York.Para que una célula se escape de control y forme un tumor se requiere la acumulación de mutaciones en varios genes que normalmente regulan su división y su relación con el entorno. Pero si una de estas mutaciones ya está presente de nacimiento, la probabilidad de desarrollar un cáncer aumenta en gran medida.

Según los estudios del Sloan Kettering, las principales alteraciones hereditarias son las mismas que ya se conocían como mutaciones adquiridas durante la vida. Las más importantes afectan a los genes p53 (mutado en muchos tipos de tumores, y sobre todo en los más rápidos e invasivos), BRCA-1 (cáncer de mama), APC (cáncer de colon polipoide), MSH y MLH (cáncer de colon no polipoide), ret (tumores endocrinos) y HPCI (cáncer de próstata). En niños de corta edad prevalecen las mutaciones responsables del retinoblastoma y del cáncer renal infantil.

Predisposición

Cordón, que intervino ayer en el seminario El proyecto genoma en la Universidad Menéndez Pelayo de Santander, también señaló que, aparte de esas mutaciones cuya implicación en el cáncer es muy directa, su equipo ha encontrado otra treintena de genes con funciones menos específicas, pero que afectan a la predisposición hereditaria a padecer tumores. Muchos de éstos han surgido del examen de árboles genealógicos, y es de esperar que aparezcan varios otros cuando se analicen más familias.Michael WeIsh, del Howard Hughes Medical Institute (lowa, EE UU), informó sobre el estado de la investigación en terapia génica de la fibrosis quística, una enfermedad genética mortal que afecta a una de cada 2.000 personas. El equipo de WeIsh acaba de realizar 24 ensayos clínicos en pacientes humanos.

Su técnica consiste en introducir en las células del paciente, mediante un virus del catarro modificado, un gen normal para suplir la función del defectuoso que provoca la fibrosis quística. Por el momento han conseguido que el gen penetre en las células de la mucosa nasal y que produzca la proteína normal. Pero la eficiencia de esa producción es aún insuficiente. Además, el gen no se inserta en los cromosomas humanos, lo que sería deseable para garantizar su estabilidad. Según WeIsh, los resultados exigen ahora volver a la mesa del laboratorio para resolver estos problemas antes de realizar más ensayos en pacientes.

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