Kohl insiste en lograr un acuerdo con los socialdemócratas sobre la reforma fiscal

El canciller federal alemán, el democristiano Helmut Kohl (CDU), expresó ayer su confianza en que, tras una nueva iniciativa legislativa, que se pondrá en marcha a principios de septiembre, se pueda lograr un acuerdo con la oposición socialdemócrata (SPD) para sacar adelante la reforma fiscal, que se encuentra empantanada en las cámaras legislativas alemanas. Kohl se pronunció sobre éste y otra larga lista de temas candentes en Alemania, en una entrevista con la cadena privada RTL, celebrada en su lugar de veraneo, en la región austriaca de Salzsburgo. Aprovechó la ocasión Kohl para criticar con dureza a sus posibles contrincantes del SPD en la carrera hacia la cancillería, e insistió en que Alemania cumplirá en su día con los criterios de convergencia de Maastricht, incluido el 3% del producto interior bruto (PIB) de déficit público.Se presentó Kohl orondo, relajado y hasta con una pizca de buen humor, poco habitual en él durante el curso político. No da importancia Kohl a la petición de elecciones anticipadas -"es un ritual habitual", dijo-, y no cree que Alemania vaya a vivir un año y medio de campaña electoral. Cree el canciller que la reforma de las jubilaciones saldrá adelante, porque los Estados federados no la bloquearán en la segunda cámara (Bundesrat). "El SPD no puede arriesgarse a dejar de lado el problema sin resolverlo", advirtió.

Sobre la reforma fiscal aseguró Kohl: "La llevaremos al Parlamento de nuevo. Si el 5 de septiembre el Bundesrat la rechaza, la semana siguiente la presentaremos con cambios de nuevo en el Bundestag". Mencionó el canciller una propuesta de compromiso del tipo máximo de impuesto sobre la renta del 42%, en vez del 39% del Gobierno, y declaró: "No soy escéptico. Será difícil que el SPD lo rechace de nuevo. Y si el SPD, por sus problemas internos para elegir candidato a canciller, lo bloquea, lo convertiremos en tema de la campaña electoral. Perderán las elecciones por ese motivo y, después de las elecciones, los Estados federados lo aprobarán".

No parece preocuparle mucho al canciller su mala situación demoscópica, con encuestas que sitúan a la coalición de Gobierno 12 puntos por debajo de una coalición rojiverde (el SPD con Los Verdes). "Hace cuatro años", según Kohl, "los pronósticos eran parecidos. Tenemos enormes problemas y todo se junta. No es fácil gobernar. Tenemos dificultades, pero la voz del pueblo se mide el día de la elección. No tengo la menor duda. Me comprometeré en esa campaña electoral con mis amigos. A fines de septiembre [de 19981, verán que los pronósticos eran falsos. Me produce placer destrozar esos pronósticos". Y concluye Kohl: "La caravana sigue adelante, porque así lo requieren los problemas del país".

Kohl pone de vuelta y media a sus posibles contrincantes. Del presidente del SPD, Oskar Lafontaine, dice que "preconiza una estrategia del pesimismo" y trata de "reducir la evolución del Estado a cero y provocar la situación de emergencia".