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En España y el Ulster, el asesinato gana votos

Conmoción, dolor e ira inundaron las calles del País Vasco tras el asesinato por ETA de Miguel Ángel Blanco, un concejal conservador de 29 años. El cuerpo de Blanco, secuestrado por los terroristas de ETA el jueves pasado, fue descubierto la tarde del sábado en un bosque con las manos atadas y dos balas en la cabeza.A primera vista, la oleada de ira parecía doblar a muerto para ETA y su ala política, Herri Batasuna. Sin embargo, tras reflexionar, es palpablemente obvio que ya hemos pasado antes por esto, muchas veces y en muchos lugares.

¿Recuerdan la paz que el pueblo de Irlanda del Norte creó a mediados de los años setenta cuando el coche robado por un terrorista armado del IRA quedó fuera de control y mató a dos niños en el baluarte republicano de Andersonstown? La oleada de repulsión y rabia en diferentes comunidades parecía imparable, pero resultó un espejismo y los terroristas reanudaron rápidamente su actividad.

El IRA y la ETA han aprendido mucho uno del otro en una relación que dura casi 30 años de terror. El propósito del terror es aterrorizar: evidente, quizá, pero a menudo olvidado o malentendido por los demócratas. La cúpula del IRA tendrá palabras de consuelo para ETA en lo que indudablemente será, a corto plazo, un periodo difícil para ETA-Herri Batasuna.

Les hablarán de las bombas de Birmingham de 1974 y de cómo, unas semanas después de esa atrocidad, un Gobierno británico aterrorizado por un ataque indiscriminado del IRA lanzado en Navidad contra el metro de Londres negoció un alto el fuego con la dirección del IRA.

Les hablarán del reciente asesinato de dos policías en Lurgan, Co Armagh. Sus nombres y los hechos ya están casi olvidados, mientras el Gobierno británico intenta, engañándose una y otra vez, declarar otro alto el fuego del IRA que será, inevitablemente, cosmético.

Las organizaciones terroristas en países democráticos se aprovechan de la democracia cuando les conviene. Al igual que el IRA-Sinn Fein, ETA-Herri Batasuna disfruta cierto grado de apoyo electoral. En las últimas lecciones ganaron algo menos de un 12% de los votos en el País Vasco un 20% en la región de la frontera francesa. ¿Una organización terrorista en serias dificultades? Lo dudo.

Pero ¿no se desvanecerá ahora su appyo? ¿No le resultará imposible al Gobierno incluir a Herri Batasuna en las conversaciones destinadas a poner fin al terror?

Pregúntenle al IRA. Antes de las elecciones generales británicas, tanto John Burton, entonces primer ministro irlandés, como John Hume, líder del nacionalista SDLP, describieron el voto a favor del Sinn Fein como "un voto a favor del asesinato".

Desde entonces, los republicanos han asesinado e intentado asesinar a gran escala. La respuesta del Gobierno es declarar un alto el fuego durante seis semanas, y todo quedará olvidado.

¿Qué han dicho los líderes vascos moderados del asesinato de Blanco? "Después de este asesinato, ETA está más aislada que nunca. ETA ha asestado un golpe mortal a nuestro deseo de diálogo", dijo el lehendakari, José Antonio Ardanza, del moderado Partido Nacionalista Vasco. ¿Les suena familiar?

El secuestro de Blanco por parte de ETA no ha sido una nueva salida del grupo terrorista. En los dos últimos años, ETA ha secuestrado a 78 personas, ocho de las cuales han sido asesinadas [sic: estas cifras corresponden a toda la historia de ETA]. Habitualmente lo ha hecho para recaudar fondos para su campana de terror: como consecuencia directa, más de 6.500 millones de pesetas han ido a parar a manos de ETA. El IRA también ha recaudado fondos con el mismo método.

La decisión de secuestrar y asesinar a Blanco fue tomada aparentemente para obligar al Gobierno español a trasladar a los 600 prisioneros vascos encarcelados por toda España a prisiones del País Vasco.

Siempre fue una exigencia imposible. Para asegurarse de que así era, dieron al Gobierno un ultimátum de 48 horas. ETA-Herri Batasuna quería matar a Blanco. Quería transmitir el mensaje de que ningún acto es demasiado vil para ellos, ningún acto se sale fuera de los límites.

El asesinato de Blanco ha sido un mensaje político, igual que fue un mensaje político el atentado con bomba del IRA en Docklands, que puso fin al alto el fuego de la organización. Si no negociáis con nosotros ahora, os aterrorizaremos e intimidaremos hasta que lo hagáis. Jugaremos de acuerdo con nuestras reglas y trataremos vuestras sutilezas democráticas con desprecio.

La verdadera prueba para la democracia española tendrá lugar cuando ETA secuestre a su próxima víctima; incluso antes, quizá, mientras el Gobierno piensa cómo aplacarlos a la vez que aparenta ser duro.

ETA ha conseguido provocar graves disturbios callejeros. Los jóvenes manifestantes, irritados ante el asesinato de Blanco, han recurrido a la violencia y, como consecuencia, acabaron enfrentándose a la policía.

La opinión en el País Vasco se ha polarizado y, con toda probabilidad, los que han permanecido fieles a ETA-Herri Batasuna durante los años de terror continuarán siéndolo. Creer otra cosa es simplemente pasar por alto el efecto corrosivo que, a largo plazo, tiene el terrorismo en el tejido social.

Tanto el Gobierno español como el británico han intentado debilitar o seducir a sus terroristas ofreciendo reformas a gran escala. El País Vasco disfruta actualmente de un grado considerable de autonomía. El Gobierno local está encabezado por el Partido Nacionalista Vasco. No hay agravio político que pueda justificar la violencia política.

De la misma manera, las reivindicaciones originales del movimiento por los derechos civiles en Irlanda del Norte fueron satisfechas hace muchos años. El acuerdo angloirlandés permite a los Gobiernos de Dublín influir realmente sobre la Administración de Irlanda del Norte.

En ninguno de los dos casos estas reformas han obtenido una respuesta de los terroristas que no sea asesinar y asesinar. ETA y el IRA son hermanos de sangre en el terrorismo y sus tácticas son considerablemente similares.

Desde asesinatos improvisados hasta la infiltración de grupos de residentes, desde el secuestro hasta la "vigilancia estilo policial" de las áreas que controlan, desde combatir las elecciones democráticas por un lado hasta la barbarie por el otro.

Para derrotar ese terrorismo -y tenemos que derrotarlo-, los Gobiernos también deben elaborar una estrategia común. Hay que golpear a los terroristas, y golpearles fuerte, dondequiera que aparezcan.

No debe haber recompensa ni banalidades, sino simplemente un rostro duro e inflexible, y la plena aplicación de la protección de la democracia para todos los ciudadanos que respetan las leyes.

ETA-Herri Batasuna y el IRA-Sinn Fein han compartido durante mucho tiempo una estrategia común: "Hay un principio por encima de todos los demás principios: el de ganar". No hay que dejarles que se salgan con la suya.

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