El futuro será de los 'libródromos', afirma el autor

Mario Vargas Llosa consideró ayer que "un camino irreversible nos lleva hacia los libródromos", esos inmensos espacios que poco a poco van haciendo desaparecer la "magia y el encanto de las librerías tradicionales a las que uno no sólo iba a ver libros sino a encontrarse con amigos adictos a la literatura, a discutir novedades, criticar las desilusiones y, comentar los hallazgos". "Aunque el corazón me manda creer en la librería, me parece que sobrevivirá sólo como curiosidad un poco al margen de la competencia. Pero mis principios políticos, soy un liberal, me hacen pensar que el libródromo será un recinto más democrático y más justo".Las palabras del escritor se produjeron durante el homenaje que le rindió la Feria del Libro de Madrid, gran libródromo al aire libre, en el que Vargas Llosa disfrutó el fin de semana de lo que calificó como "el homenaje mejor": el del público, "halagador y estimulante, que nos hace sentir que lo que uno escribe no cae en el vacío sino que tiene un destininatario". "Fue un día hermoso", dijo Vargas, con la feria repleta de familias de dos y tres generaciones que paseaban interesadas y curiosas entre las casetas. "El libro parecía gozar ayer de magnífica salud, con toda esa gente convencida de que estaban ante objeto preciosos, enriquecedores, que nos ayudan a ser más de lo que somos, a salir de la prisión de nuestro destino, y a metemos en otras experiencias, otros destinos y a pasar momentos extraordinarios que nos protegen contra la frustración y la desilusión".

Tras abogar por la coexistencia del libro con los medios audiovisuales, el escritor enumeró las ventajas de la escritura frente a la imagen. El lector comparte, construye de la mano con el autor una novela, un poema; no sólo se requiere fantasía y destreza en el que escribe sino en el que lee; frente a la mediatización de lo audiovisual el libro es una trinchera de la independencia y la libertad.

El homenaje se celebró en los Jardines de Cecilio Rodríguez ante un centenar de personas. Un pavo real con el plumaje abierto y unas columnas de trepadoras en flor rodearon al autor. En la mesa estuvieron con él el director general del Libro, Fernando R. Lafuente; el concejal de Educación del Ayuntamiento de Madrid, J. A. Gómez Angulo; el director de la feria, Juan Saura, y el editor de Alfaguara, Juan Cruz.