ACNUR suspende el traslado de refugiados por tren
Nadie sabe bien qué ocasionó el domingo el movimiento de pánico de cientos de refugiados hutus en el noreste de Zaire. Algunos dicen que fueron apedreados y que esto provocó una estampida entre la multitud que aguardaba su evacuación. Son los mismos refugiados hutus que desaparecieron en la selva hace dos semanas. El miedo les lanzó despavoridos sobre el tren. Arracimados en vagones de transporte de animales, casi sin poder respirar, 99 refugiados perdieron la vida aplastados. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), que era el organizador del viaje desde el campo de Biaro a Kisangani, ha abierto una investigación oficial y suspendido todos los traslados en ferrocarril.Las primeras informaciones apuntan a grupos de interahamwes, la milicia radical hutu que se mezcla con estos refugiados para esquivar el castigo que le espera en Ruanda (son los genocidas de casi un millón de personas en 1994, la mayoría tutsis). Estos antiguos soldados hutus han comenzado a emerger de la foresta. Su objetivo es impedir la repatriación. Los rebeldes zaireños, que han sido acusados de organizar hace dos semanas el ataque contra los campos de refugiados de Kasese y Biaro, también les adjudican la responsabilidad de lo sucedido entonces.
Una monja española, de la orden de las Hijas de la Caridad, que se halla en la región de Ecuador, denunció ayer a EL PAÍS la existencia de más grupos de refugiados a los que "nadie presta atención". Y puso un ejemplo: "En llebo hay 7.000 desplazados de la guerra que llevan cinco días sin comer". Cerca de Mbandaka hay otro grupo enorme, de decenas de miles de zaireños, que huye al sur. Algunos de estos desplazados han cruzado el río Zaire para buscar refugio en la República de Congo. En Brazzaville, las autoridades están aterradas. Con una población de 2,5 millones en todo el país, la mitad que la de Kinshasa, temen un éxodo masivo desde Zaire.
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