Aznar y Arzalluz tratan de salvar el pacto con un acuerdo sobre el Concierto

El jefe del Gobierno, José María Aznar, tratará de distender las relaciones con su socio del PNV en un encuentro en los "próximos días" con su líder, Xabier Arzalluz. El portavoz del Gobierno, Miguel Ángel Rodríguez confirmó al término del Consejo de Ministros que la reunión se celebrará en La Moncloa, y será previsiblemente el martes. Amar y Arzalluz tratarán de buscar fórmulas para suavizar las "inevitables tensiones" sobre la pacificación y dar un impulso definitivo a la renovación del Concierto Económico, encallado en este momento.

Aznar y Arzalluz tratarán de superar el próximo martes la mayor crisis por la que atraviesa el pacto entre el Gobierno y el PNV desde. que lo suscribieron el pasado mes de abril. Varios factores se han acumulado y han hecho saltar chispas a esta difícil relación: Las declaraciones de Arzalluz al diario francés Le Monde en las que afirmó que Aznar estaba rodeado de un entorno de extrema derecha; la detención del etarra Fernando Elejalde que ha originado una denuncia de torturas desde el PNV y graves acusaciones al Ministerio. del Interior; el plante del lehendakari Ardanza al presidente Aznar en el debate sobre el Estado de las autonomías y el estancamiento en las negociaciones del Concierto Económico.Como última expresión de desacuerdo hay que añadir el recurso que el Gobierno interpuso ayer mismo contra la decisión del Ejecutivo vasco de saltarse la congelación salarial de sus funcionarios al aumentar sus sueldos en un 1,1% con un fondo de 5.900 millones de pesetas.

Aznar y Arzalluz necesitan llegar a un acuerdo porque a ambos les interesa mantener la relación. Aznar necesita el apoyo del PNV a su Gobierno, no tanto por los votos -con los de CiU y Coalición Canaria le basta- como por la carga política y simbólica que le supone, y Arzalluz necesita conducir a buen puerto una negociación del Concierto Económico que ya está muy avanzada y seguir rentabilizando unas buenas relaciones con el Gobierno central.

Arzalluz llega al encuentro con Aznar con cierta desconfianza. Y no tanto por los conflictos suscitados entre el PP y PNV en torno a la política de pacificación en el País Vasco. Esta cuestión no estaba en los pactos de abril porque ya entonces ambos partidos partían de premisas muy distintas. En materia de pacificación la fórmula que van a barajar ambos políticos es la búsqueda de mecanismos que impidan que la sangre llegue al río ante acontecimientos imprevistos, como los de estos últimos días. "Algo así como acordar los desacuerdos y encauzarlos de forma civilizada", manifestaban a este diario fuentes nacionalistas vascas.Tanto Aznar como Arzalluz saben que es prácticamente imposible un cambio de posición de cada uno de ellos ante la situación del País Vasco con ETA y su entorno en plena escalada y que un encuentro de unas horas no permite cambios drásticos a la vista de que representan intereses muy distintos.

Sin embargo, Arzalluz tiene una baza importante a su favor y es la que, según fuentes del PNV, va a jugar a fondo en su encuentro con Aznar: el cumplimiento de los pactos de abril. En ese paquete está la renovación del Concierto Económico, el traspaso de la Formación Ocupacional y la devolución del patrimonio incautado al PNV durante la guerra civil.

El portavoz del PNV en el Congreso, Iñaki Anasagasti, ha manifestado estos días su inquietud porque aún no se ha cerrado ninguno de los acuerdos de abril cuando está a punto de cumplirse un año de su suscripción. Además, estaba previsto por ambos partidos para final de marzo el acuerdo definitivo sobre el cupo quinquenal y la renovación del Concierto Económico.

El Gobierno vasco y el PNV prevén que si Arzalluz sale con el espaldarazo político de Aznar al acuerdo sobre el Concierto Económico se restablecerá la confianza en el Gobierno. El jueves, el vicepresidente económico del Gobierno, Rodrigo Rato, negociador del Concierto, tuvo el gesto de manifestar a Iñaki Anasagasti que el Ejecutivo estaba interesado en mantener el acuerdo con el PNV.

El vicepresidente del Gobierno vasco, Juan José Ibarretxe, mantiene que las diferencias técnicas no son sustanciales y que un acuerdo político, al que sólo pueden llegar Aznar y Arzalluz, salvaría la negociación.