Tabucchi crea un relato de suspense contra la injusticia en su nueva obra
La testa perduta di Damasceno Monteiro (La cabeza perdida de Damasceno Monteiro) es el título de la nueva novela de Antonio Tabucchi, que está a punto de publicarse, casi simultáneamente, en Italia y en Francia. Se trata de un relato de suspense, de una novela que, según el propio autor, puede ser leída como si fuera policiaca, y que Tabucchi ha dedicado, significativamente, a su amigo Antonio Cassese, presidente del Tribunal Penal de La Haya, y a un gitano llamado Antonio, que es el personaje que introduce la trama. La novela se desarrolla en Oporto y es un canto a los que luchan contra la injusticia y contra el desprecio de la dignidad humana."He dedicado el libro al amigo, pero ciertamente también al jurista", afirma Tabucchi en una entrevista publicada ayer por el Corriere della Sera. "En cierto modo", añade, la dedicatoria representa un homenaje al hecho de que Cassese, en su calidad de presidente de la comisión de Estrasburgo sobre los tratos inhumanos y degradantes, ha visitado todos los centros de detención de Europa".
Un grueso abogado llamado Loton, por su parecido con el fallecido actor inglés Charles Laughton, es personaje escéptico y protector de los más débiles protagonistas de esta novela, inspirada en un hecho real que Tabucchi recuerda así: "En la noche del 7 de mayo de 1996, Carlo Rosa, ciudadano portugués de 25 años, fue asesinado en una comisaría de la Guardia Nacional de Sacavém, en la periferia de Lisboa, y su cuerpo fue hallado en un parque público sin cabeza". El descubrimiento del cadáver por el gitano Antonio da paso a una intriga literaria con derivaciones hacia un tráfico de drogas internacional que implica a elementos de la policía.
La realidad
Coprotagonista es Firmino, un periodista que parece la antítesis del viejo cronista de Sostiene Pereira que tanto contribuyó a incrementar la fama de Tabucchi en toda Europa. Firmino tiene 27 años, escribe para un periódico que no le gusta y emplea todas sus energías de sabueso en desenmarañar la muerte de Monteiro.
Se ha señalado que esta nueva novela del autor de Piazza d'Italia y Filo dell'Orizonte prolonga la inflexión marcada por Pereira en la trayectoria de un autor que, en principio, privilegiaba la invención sobre la realidad. Tabucchi ha recordado lo mucho que aprecia "tanto la alta novela policiaca (Poe, Simenon, Durrenmatt, Patricia Highsmith y, por qué no, Sciacia)" como la novela de suspense popular. "El libro", ha explicado Tabucchi, "quiere ser también un homenaje a esos periodistas que, sin grandes aspavientos y con un tono que quizá no sea elevadísimo, tratan de informar en este mundo en el que la excesiva información amenaza con drogarse a sí misma. Me resultan simpáticos los cronistas que frecuentan las cárceles, los tribunales, los tanatorios, las miserias de la vida. A veces, la vida se entiende mejor a partir de una crónica de sucesos que de la Crítica de la razón práctica de Kant".
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