Nuevos realizadores y actores rechazan el decreto de estímulo a la cinematografía

El nuevo decreto sobre promoción y estímulos a la cinematografía española es, según la Plataforma de Nuevos Realizadores, CC OO y UGT, "una agresión más para la industria del cine". Dichas asociaciones además de la de Técnicos Asociados Cinematográficos Españoles (TACE), la Federación de la Unión de Actores, la Asamblea de Directores (ADIRCAE) e Izquierda Unida, rechazan el actual proyecto por representar "un paso, atrás" y un "empeoramiento con respecto a la situación anterior" y anuncian que elaborarán un documento paralelo que sirva como alternativa al nuevo decreto."Una vez más", añaden estas asociaciones en un comunicado remitido ayer, "se recurre a los parches y a las medidas coyunturales, en detrimento de un proyecto para el cine y el audiovisual global".

En el nuevo decreto (véase EL PAÍS del 24 de febrero) -que está previsto sea anunciado mañana por la ministra de Educación y Cultura, Esperanza Aguirre; el secretario de Estado de Cultura, Miguel Angel Cortés, y el director general del Instituto de la Cinematografía y de las Ciencias Audiovisuales (ICAA), José María Otero- se premia e incentiva el taquillaje de las películas para obtener, ayudas del Estado; el texto aumenta de 30 a 50 millones de pesetas los ingresos mínimos que, tiene que conseguir un filme en taquilla para percibir el 33% de la inversión realizada, y además rebaja de 200 a 150 millones el máximo de ayudas que puede obtener una película e incluye la devolución de, las ayudas al guión si éste se llega a producir.

Industria europea

Por otro lado, el portavoz socialista de la Comisión de Cultura del Congreso, Salvador Clotas, ha presentado una proposición, no de ley para que España se sume a Francia e Italia en un proyecto para impulsar la industria europea del cine. Para ello, según Clotas, España debe tomar parte en el acuerdo al que llegaron en el pasado Festival de Cine de Venecia los ministerios de Cultura francés e italiano. En él se decidió impulsar, desde un futuro marco jurídico común, una industria de cine, europea conjunta que, sin embargo, no signifique acabar con cada cinematografía nacional.