La sabiduría
El loco y la loca
Calle. AMIGO MORENO: ¿Cómo estás?AMIGO RUBIO: Bien, ¿y tú?
AMIGO MORENO: Bien, gracias.
AMIGO RUBIO: ¿Y tu familia?
AMIGO MORENO: Está en el campo. ¿Y la tuya?
AMIGO RUBIO: Este año no sale fuera. (Pausa).
MAESTRO: (dentro de la escuela). Ya os he enseñandola esfera armilar. El mar es celeste y la Tierra es de todos los colores.
NIÑO: ¿Sin que se te olvide ninguno?
MAESTRO: Ninguno. La Tierra es extraordinariamente grande, pero se puede reducir su tamaño si nosotros queremos.
LOS NIÑOS: ¿Cómo?
MAESTRO: ¡Silencio! La Tierra tiene cuatro puntos cardinales. ¡Oh maravilla! Norte, Sur, Este y Oeste.
LOS NIÑOS: Norte, Sur, Este y Oeste.
MAESTRO: Nosotros podíamos cambiar la superficie de la Tierra si dijéramos: "Hay cuatro puntos cardinales: Oeste, Este, Sur y Norte".
LOS NIÑOS: Oeste...
MAESTRO: Chitón. Sería peligroso. Y, además, ya se ha escrito la geografía.
LOS NIÑOS: Geografía es la ciencia que trata, etcétera, etcétera.
MAESTRO: Muy bien. El Norte es una pera de 100 kilos pintada de blanco. El Sur, una rueda de papel. El Este, un remo de cristal y el Oeste, un ala diminuta.
LOS NIÑOS: La punta de nuestros lápices se acaba de romper.
MAESTRO: No importa. Hay en el mundo muchos caballos sin cola. Y las lagartijas, ¿no viven con el rabo cortado? ¡Proseguid!
LOS NIÑOS: ¡Proseguimos!
MAESTRO: Todos los ríos bajan del Norte rompiendo el cascarón del huevo de la nieve. Los perfumes a quienes el aire cuelga de los pies como el cazador a sus aves, suben del Sur. El Este y el Oeste permanecen impasibles con las alas en las rodillas.
EL INSPECTOR: (entrando). ¿Qué está usted diciendo?
MAESTRO: Explico geografía.
INSPECTOR- ¿Qué geografía?
MAESTRO: Mi geografía.
INSPECTOR: Me veré obligado a dar parte a la superioridad. El Ministerio de Instrucción Pública no tolera abusos.
MAESTRO: ¡Perdóneme!
INSPECTOR: Pero ¿qué esfera armilar es ésta ... ? Vamos. Niños, ¿cuántos son los puntos cardinales?
MAESTRO: (aparte). Cabeza, pies, corazón y mano derecha.
INSPECTOR: No contestan.
MAESTRO: Son las tres y la clase debía terminar a las dos.
INSPECTOR: Entonces, mañana verernos.
(Pausa).
(Un ruiseñor de tinta declama líricamente las letras minúsculas).
AMIGO MORENO: ¡Qué de voces dan en la escuela!
AMIGO RUBIO: (sorprendido). ¿En qué escuela?
AMIGO MORENO: En ésa.
AMIGO RUBIO: (serio). ¡Pero si no hay ninguna escuela!
AMIGO MORENO: ¡Siempre tan bromista!
AMIGO RUBIO: ¡Lo que tú quieras!
AMIGO MORENO: Bueno, quédate con Dios.
AMIGO RUBIO: ¿Dónde vas?
AMIGO MORENO: A estudiar geografía. Ya sabes que ahora hago las oposiciones.
AMIGO RUBIO Yo también me voy.
AMIGO MORENO: ¿Dónde vas?AMIGO RUBIO: A estudiar geometría. Quiero ser pintor.
AMIGO MORENO: (lejos). ¡Qué tarde más. hermosa!
AMIGO RUBIO: (lejos). Redonda.
AMIGO MORENO: Pero no hay que olvidar que este azul tan rutilante es sólo una cáscara.
AMIGO RUBIO: (extrañado). ¿Una cáscara ... ?
(Los cristales de los miradores y ventanas, onzas de Carlos III, pesan y brillan).(En el tercer balcón de un piso cuarto izquierda, letra A, aparece una señora vestida de blanco. Da muestras de gran abatimiento).
SEÑORA: ¡Ay de mí!
UN PARALÍTICO: (que viene por la calle). iAy de mí!
SEÑORA: ¡He perdido mis gafas!
PARALÍTICO: Eso no es nada. Compra otras.
SEÑORA: ¿Se olvida usted que hoy es domingo y están cerrados los establecimientos? ¡Pobres gafas mías! ¡Ay mis gafas! ¡Ay mis,gafas!
PARALÍTICO: (yéndose). Es mucho más desgraciada que yo.
SEÑORA: ¡Ay, enfrente está la biblioteca! No sé qué van a hacer los libros sin mis gafas. Mar sin barcos. ¡Qué horror! ¡Ay mis gafas!
AMIGO RUBIO: (saliendo). Por más que llamo en la biblioteca no quieren salir. ¡Es para desesperarse! (Se va. Amor en la ventana de la biblioteca). ¿Y si yo prendiera fuego a todos los volúmenes?
(Señora dentro cantando).Canción de las zafas perdidasEl día y la 1 noche usan monóculos.
Porque el día y la noche no tienen dos ojos. ( ... )
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.