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Tomás Marco, apartado de la comisión ejecutiva del Real

Tras cuatro horas de reunión en el propio coliseo de la Plaza de Oriente, de Madrid, el patronato del Teatro Real prescindió de Tomás Marco, director del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM), como miembro de la comisión ejecutiva del Real, y tomó conocimiento del escrito remitido por el director artístico, Stéphane Lissner, a la ministra de Educación y Cultura, Esperanza Aguirre, a principios de este mes, y lo aceptó como preaviso de su dimisión. Cortés argumentó para la separación de Marco de la comisión ejecutiva las muchas ocupaciones que conlleva la dirección general del INAEM.El único ausente de esta reunión fue Gustavo Villapalos, consejero de Educación y Cultura de la Comunidad de Madrid, por razones de salud, y sí estuvieron, entre otros, la ministra Esperanza Aguirre y el presidente madrileño, Alberto Ruiz Gallardón.

La comisión ejecutiva quedará formada desde hoy por la ministra Aguirre; Eduardo Casanueva, en representación de la Comunidad de Madrid, y el secretario de Estado Miguel Ángel Cortés, quien declaró que su presencia "refuerza el compromiso político con el teatro", además de apuntar que la propia ministra había sostenido contactos con Lissner para que continuara, pero el director francés, por razones personales, deja su puesto. Cortés aclaró que la colaboración de Lissner "va a continuar en el sentido de respetar al 100% la programación que había preparado para la primera temporada del teatro", que debe comenzar el 11 de octubre con La vida breve de Manuel de Falla. Cortés añadió que Lissner es un profesional de primera línea y que se utilizará la totalidad de su proyecto para la temporada 1997-98.

Un gerente para la Ópera

El patronato también acordó el nombramiento de la figura del gerente en la persona de Juan Cambreleng, director de la Asociación de Amigos de la ópera y de la empresa de contratación artística MusiEspaña. Siempre según Cortés, el nuevo gerente renunciará a toda actividad mercantil susceptible de ser incompatible con sus funciones en el Teatro Real. El nombramiento de un director musical no será competencia de Cambreleng, como él mismo anunció anteayer en una entrevista publicada por El Mundo, sino del patronato y la comisión ejecutiva.Según declaraciones de miembros del patronato, es condición indispensable para el nombramiento de Cambreleng que no intervenga en decisiones artísticas y se limite a las funciones gerenciales, mientras Lissner sostuvo en la reunión que ve serios peligros para el funcionamiento del teatro y para llevar a cabo la programación planificada por él.

En la reunión, varios de los patronos, entre, ellos Josefina Halffter, Ramón González de Amezúa, José Luis Gómez, Eduardo Casanueva y Gonzalo Alonso, presentaron un escrito en el que se solicita mayor independencia de la Fundación Teatro Lírico frente a los intereses políticos.

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