El primer contacto entre el Gobierno y el MRTA allana la vía del diálogo en Perú
Representantes del Gobierno peruano y del grupo rebelde Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA) se vieron por primera vez cara a cara anoche para buscar una salida a la crisis de los rehenes, y tras una reunión de cuatro horas acordaron proseguir las conversaciones. Pero el deseo de lograr la libertad de las 72 personas aún en manos del comando que tomó la Embajada japonesa en Lima el pasado 17 de diciembre choca con la negativa gubernamental a liberar a los 453 presos del MRTA, como exigen los secuestradores.
, El número dos del comando, Roli Rojas, alias El Árabe, dejó las armas y salió de la sede diplomática por primera vez desde el asalto para reunirse con el negociador gubernamental, el ministro de Educación Domingo Palermo. Un coche blanco de la Cruz Roja le recogió a la puerta y le trasladó los 40 metros que separan la Embajada japonesa de la casa de dos pisos alquilada al otro lado de la calle para las conversaciones."Damos por hecho que Rojas ha entrado y que las conversaciones han empezado. Ese era el plan, y por lo que he visto, todo ha ido según el plan", manifestó Cécile Baux, una portavoz del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).
Cuatro horas más tarde, a las 19.30 (la 1.30 de hoy, hora de Madrid), El Arabe regresó en el mismo vehículo a la residencia. En su papel de mediador, el arzobispo de Ayacucho, Juan Luis Cipriani, se limitó a leer un lacónico comunicado de tres puntos en el que se informaba del inicio de las conversaciones, de la voluntad de proseguirlas y de que aún no había sido fijada la fecha para el próximo contacto entre los representantes gubernamentales y de los secuestradores.
Aunque no ha trascendido ni una sílaba del contenido de esas denominadas conversaciones preliminares, se sabe que su eje consiste en definir la metodología de unas eventuales negociaciones; es decir, la frecuencia, plazos, logística y aspectos operativos de futuras reuniones en las que participaría el propio Néstor Cerpa Cartolini, líder del comando y del MRTA. De momento, junto a El Árabe y Palermo estuvieron presentes en la reunión los miembros de la Comisión de Garantes, integrada por los representantes de la Cruz Roja y del Vaticano.
La agenda de la reunión
Dos puntos son los que van a requerir mayor esfuerzo por parte de los interlocutores. El primero, la liberación de 453 emerretistas que purgan condenas en los diferentes penales de Perú, y, en segundo lugar, el destino final de los secuestradores. No obstante, hay controversia sobre ambos temas.
Respecto a la liberación de prisioneros del MRTA, el presidente de Perú, Alberto Fujimori, enfatizó a comienzos de año que su Gobierno no se sentaría a negociar con los emerretistas hasta que ellos no desistan de su demanda de liberación de condenados por terrorismo. En posteriores declaraciones, cuando las presiones internionales para negociar con el MRTA fueron mayores, Fujimori ha dicho que "de ninguna manera" se dejaría en libertad a terroristas. Pero no ha insistido -al menos, últimamente- en su renuencia a sentarse a una mesa de negociaciones con ese asunto en la agenda. Por el contrario, Néstor Cerpa no ha hecho otra cosa que insistir en el motivo que le llevó a tomar una embajada con 600 rehenes (la mayoría de los cuales fueron liberados enseguida): vaciar las cárceles de emerretistas. En una comunicación por radio con periodistas de la cadena británica WTN, Cerpa dijo que las conversaciones preliminares "no serán necesariamente el inicio de la solución del conflicto, sobre todo si no se atienden otras demandas". Y añadió que a excarcelación de presos emerretistas a cambio de la liberación de los 72 rehenes es "irrenunciable".
Ello ha generado pocas expectativas respecto a la solución de la crisis de la residencia del embajador japonés en Lima. Carlos Bassombrío, experto en los procesos de pacificación latinoamericanos, sostiene que hay que tener un "optimismo moderado en tanto el MRTA no haya percibido el rechazo local e internacional a su exigencia de liberación de prisioneros. Hay un gran trecho aún por recorrer para arribar a una solución definitiva", asegura Bassombrío.
Respecto al destino final de los captores, el presidente Fujimori ha declarado en reiteradas ocasiones que será difíil encontrar algún país que acceda a recibir a Cerpa y sus compañeros. El líder del MRTA, por su parte, ha reiterado que el asalto. a la embajada no tiene nada que ver con su salida del país. "Hubiera salido de Perú por cualquier frontera, como cualquier clandestino", sostuvo en una conferencia de prensa.
De no encontrarse coincidencias entre ambas partes, la opción militar continuará flotando en el ambiente: Oficialmente, ésta sólo se producirá si uno de los rehenes resulta herido o muerto por acción del MRTA. El presidente Fujimori, sin embargo, se ha encargado de poner el tema sobre el tapete. En declaraciones durante su visita a Londres, ha sostenido que, si fracasaban las conversaciones, "se daría paso al uso de la fuerza". Cerpa calificó dichas declaraciones como una "velada amenaza que pretende convertirse en un arma psicológica". A lo que agregó: "Ninguna amenaza nos hará retroceder, y estamos decididos a afrontar con la misma convicción una salida pacífica o una salida militar".
Los preparativos militares están listos. En círculos gubernamentales se citan diversos estudios sobre la proporción de víctimas que produciría una incursión violenta. Pero ésta está retenida por la voluntad diplomática internacional de hacer todos los esfuerzos posibles para negociar la salida pacífica de los rehenes.
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