Aguirre admite que entregó a Aznar por unas horas los diarios de Azaña
, La ministra de Educación y Cultura, Esperanza Aguirre, admitió ayer que entregó durante unas horas al presidente del Gobierno, José María Aznar, los tres cuadernos de las memorias de Manuel Azaña que le fueron depositados el pasado 23 de diciembre por la familia Franco. Aguirre aclaró que Aznar sólo tuvo acceso a los diarios durante esas horas (no quiso especificar cuántas) y que fue en su despacho de La Moncloa. La ministra negaba así las condiciones y las fechas de las que daba cuenta el director del periódico El Mundo en un artículo del pasado 5 de enero que provocó que el grupo socialista presentara una pregunta parlamentaria en el Congreso sobre el tema. En su artículo, el director de El Mundo detallaba cómo durante sus vacaciones de Navidad Aznar, después de esquiar por las pistas de Baqueira Beret, leía "absorto" el texto inédito, "anticipándose a la comisión de historiadores que habrá de examinarlos". Incluso, cuando un pasaje le impresionaba, el presidente lo releía en voz alta "para que su mujer, sus hijos y algún visitante ocasional" pudieran compartirlo con él. La ministra señaló ayer que llevó los cuadernos a La Moncloa para que Aznar, como máxima autoridad del Ejecutivo, decidiera lo que se debía hacer con ellos y para que conociera su contenido. Aznar dijo que se depositaran en el Archivo Histórico Nacional, acto que tuvo lugar el 26 de diciembre, sin que se diera a conocer dicha consulta previa."Abuso de poder"
El Estado, anunció la ministra Aguirre, ostenta la propiedad material de los tres cuadernos, pero la propiedad intelectual pertenece a los herederos, según el dictamen del servicio jurídico del Estado, hecho público ayer. Aguirre abogó por una pronta publicación de los mismos, que, desde hoy, están a disposición de los investigadores. Manuel Martínez Azaña, sobrino-nieto del dirigente republicano, declaró ayer a EL PAÍS que esta medida es "un abuso de poder", y anunció que la familia Azaña reclamará la propiedad de los manuscritos. Por su parte, Enrique de Rivas-Cherif Ibáñez, heredero de la viuda de Azaña, prefirió no opinar hasta no conocer con detalle el dictamen.
Con el pronunciamiento del servicio jurídico, el Ministerio de Educación y Cultura parece haber llegado a una decisión salomónica, aunque no está en condiciones de garantizar la publicación de los manuscritos de Azaña, cuya explotación individual pertenece a los herederos. Aguirre recordó el caso de otros documentos del político republicano aparecidos en 1984 y fueron entregados a Enrique de Rivas-Cherif. Algunos de ellos salieron de España y no han sido publicados desde entonces. Insistió en que en esta ocasión no podría ser así, ya que los tres cuadernos -que corresponden a periodos de 1932 y 1933 (véase EL PAÍS del 12 de enero)- fueron declarados bienes de interés cultural el pasado 17 de enero y no pueden salir del país, además su propiedad intelectual es del Estado.
Babelia
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