Fujimori responde a las presiones de Japón con la negativa a ceder ante los secuestradores
Horas antes de entrevistarse en Toronto con el primer ministro japonés, Ryutaro Hashimoto, el presidente peruano, Alberto Fujimori, a quien se pide no ceder y no derramar sangre, algo así como pretender la cuadratura del círculo, advirtió que el asalto terrorista del Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA) a la residencia del embajador nipón en Lima no conseguirá la excarcelación de los 458 emerretistas presos ni va a modificar su actual negativa a debatir con el MRTA sobre esas liberaciones.
, ENVIADO ESPECIAL
Al contrario, Fujimori anticipó que la prolongación de la crisis -que cumple hoy 46 días- puede significar un endurecimiento de la postura oficial. "A medida que pase el tiempo, los ofrecimientos por parte del Gobierno pueden ir disminuyendo progresivamente", señaló en declaraciones a la prensa. El jefe de Gobierno, que no descarta un desalojo violento de la residencia si peligra la integridad física de alguno de los 72 rehenes, quiso tranquilizar a sus angustiados familiares: "El problema se resolverá pacíficamente".En su primera reunión con 43 esposas o madres de las personas secuestradas (ministros, jueces, jefes militares y policiales, diputados, diplomáticos, funcionarios y empresarios peruanos o japoneses), Fujimori aseguró que hace "todo lo posible para resolver la crisis de la mejor manera". Mientras tanto, la cumbre presidencial de hoy en Canadá, país integrante de la Comisión de Garantes encargada de supervisar una eventual solución pacífica, significará el comienzo de una estrecha implicación de Japón en las nada fáciles gestiones peruanas para conseguirla.
Los disparos del lunes contra una tanqueta policial alarmaron a Tokio, que busca a toda costa una solución sin sangre, y deberá autorizar cualquier acción de fuerza contra la casa del embajador nipón, inviolable según el Convenio de Viena. Fuentes oficiales aseguran que en la reunión de Toronto se decidirá si Japón se suma a la Comisión de Garantes, junto con Canadá, la Santa Sede y el Comité de la Cruz Roja Internacional (CICR).
Fujimori anticipó a Canal América, de Buenos Aires, que pedirá a Hashimoto "una coordinación estrecha por si hay situación de emergencia". El jefe del Gobierno de Lima, que recibe a los periodistas por nacionalidades y ha calificado al jefe del comando, Néstor Cerpa Cartolini, como un "terrorista despiadado y criminal", anunció a la prensa argentina sanciones contra los cuatro policías que se burlaron del MRTA, con gestos obscenos uno de ellos, y fueron respondidos con varios tiros a matar por uno de los miembros del comando atrincherado en la residencia. "Si es que se diera en algún momento la factibilidad de liberar a los rehenes sin producir víctimas, se hubiera ordenado una intervención, asegurándose la prudencia y habiéndose agotado los medios pacíficos", dijo al diario La Nación."El Gobierno no va a aceptar la liberación de los presos, ni uno", añadió. "Entonces, ellos tienen que ir comprendiendo poco a poco que no habrá tal liberación de presos del MRTA. No nos vamos a sentar a conversar sobre eso, y menos negociar".
Nada de indulto
También rechazó el indulto de presos sentenciados por terrorismo: "Una especie de indulto lo hemos dado a 5.000 personas, 4.000 de Sendero Luminoso y 1.000 del MRTA. Y no vamos a abrir el indulto. Al contrario, vamos a cerrar estas puertas con doble o triple candado. Esto es de una firmeza inamovible". En el mismo sentido se manifestó al periódico Clarín, el de mayor circulación en América Latina. El gobernante evitó pronunciarse sobre las concesiones que está dispuesto a ceder, "pero", aseguró, "puedo decir que en muy pocas cosas ( ... ) Al principio podríamos haber aceptado algunas demandas, pero ahora estamos convencidos que vamos a aceptar muchas menos".
Y mientras Fujimori se devana los sesos para encontrar una solución pacífica, el diputado peruano Fernando Olivera encontró la fórmula mágica: que los 72 rehenes se declaren en huelga de hambre.
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