Reproducción de una seta comestible muy apreciada

Un científico sueco ha conseguido reproducir, con ayuda de otro estadounidense, una seta del género Cantharellus, del que se consumen en el mundo entre 150.000 y 200.000 toneladas, todas ellas de procedencia salvaje. Eric Danell, de la universidad de Uppsala ha cultivado la Cantharellus cibartus (conocida como rebozuelo en España) y lo ha conseguido utilizando plantones de pino. Este tipo de setas (micorrizas) dependen de las raíces de plantas para su existencia, en una asociación que todavía no se conoce bien.En 1988 este investigador consiguió aislar tejido de esta especie de hongos, recogidos en Suecia, y lo cultivaron, inoculándolo después en semillas de pino. En marzo de 1995 pasaron los plantones a tiestos. Más de un año después, encontraron la primera seta, aunque el mayor éxito es haber conseguido reproducir la complicada y gran estructura subterránea del hongo. Una de las sorpresas es que fructificara en plantones de sólo 16 meses, cuando en el campo crecen alrededor de árboles de hasta 25 años de edad. Ahora, Danell, que ya dispone de una empresa para comercializar el hallazgo, ha señalado a EL PAÍS que piensa intentar lo mismo con la especie más cara del mercado, la Tricholoma matsutake.