_
_
_
_
_
UNA PÁGINA NEGRA DE EUROPA

Suecia aceptó oro robado en su comercio con Alemania en la II Guerra Mundial

Después de las revelaciones de Suiza acerca de que gran parte del comercio alemán durante la II Guerra Mundial fue financiado con oro robado por los nazis en los bancos centrales de los países invadidos, es ahora la neutral Suecia la que está en entredicho. El ex embajador Sven Fredrik Hedin y el periodista Göran Elgemyr han encontrado documentos secretos que revelan que tanto Estocolmo como Berna prefirieron cobrar con valores procedentes del saqueo en lugar de cortar el lucrativo comercio con la Alemania de Hitler.

Más información
La familia Wallenberg

Antes de la guerra, ni Suecia ni Suiza habían recibido ningún pago en oro de Alemania. Pero debido al bloqueo al que ambos países se encontraron sometidos, se vieron indirectamente obligados a comerciar con Berlín. Los Estados neutrales estaban bajo un constante peligro de ser atacados, y cualquier muestra de oposición podía entenderse como un alineamiento contra Alemania.Este comercio era vital para la subsistencia de Suecia. Y Alemania dependía cada vez más de los suministros suecos de cromo, manganeso, hierro y rodamientos. Suecia exportó durante la guerra cerca de 35 millones de toneladas de hierro a Alemania.

El oro robado a los bancos centrales de los países invadidos era una fuente de ingresos muy importante para la economía alemana, que tenía interés en entregar ese oro al banco central de Estocolmo a cambio de coronas con las que pagar a sus proveedores privados suecos. Pese a las advertencias de los aliados de que, si ganaban la guerra, responsabilizarían a Suecia del tráfico ilícito, el banco central de Suecia accedió a dicho intercambio, al igual que los bancos centrales de otros países, como Suiza, España y Portugal.

Suecia siempre ha sostenido su buena fe sobre el origen del oro alemán, ya que así se lo aseguró a las autoridades de Estocolmo el entonces responsable del banco. central alemán, Emil Puhl. Además, en los lingotes figuraban sellos estampados antes de la guerra.

Pero los documentos de la época- recientemente encontrados demuestran que esa buena fe era insostenible. En este material hay unos apuntes personales de Ivar Rooth, director del banco central sueco, fechados en 1943, justo después de las advertencias aliadas, en los que muestra, su preocupación sobre el origen del oro alemán y en el riesgo de tener que devolverlo en caso de que fuera robado. Esta inquietud fue transmitida al Ministerio de Comercio sueco para que a su vez pidiera explicaciones a Emil Pulil. Comercio replicó a Rooth que todo el Gobierno, estaba de acuerdo en que no había razones suficientes para pedir esa información.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Algunos días después, Rooth respiró aliviado. Gunnar Hägglöf, un funcionario del Ministerio de Exteriores sueco, había obtenido de parte de Puhl la confirmación de que el oro ya pertenecía a Alemania antes de la guerra. Esta afirmación de Hägglöf es el argumento legal que suele usar Suecia para alegar que actuó de "buena fe". Pero Puhl no se comprometió acerca del origen del oro que iba a ser entregar en el futuro. A comienzos de 1944, el banco central sueco había recibido 34.564 kilos (con un valor actual de unos 60.000 millones de pesetas).

Buenas fuentes de información

Según la investigación del embajador Hedin y de Elgemyr, para efectuar esa clasificación el banco central sueco debería de haber tenido información más fiable. Además, en 1943 ya se sabía que gran parte del oro procedía de los bancos centrales de los países invadidos. Rooth tenía a su disposición una red de contactos que le permitía conocer de forma segura las reservas de oro de los bancos centrales de otros países y sus transacciones. Además, era amigo personal de Puhl y ambos pertenecían al Banco Internacional de Pagos, en Basilea.A partir de 1946, tal como lo habían anunciado, los aliados comenzaron a exigir responsabilidades a los países neutrales que habían recibido oro alemán de dudoso origen. Pero según los documentos antes citados, aún quedan en el banco central sueco 7.000 kilos de dicho oro. La ministra de Exteriores, Lena Hjelm-Wallen, ha anunciado que se formará una comisión para investigar el tráfico de oro nazi en Suecia.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_