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El registro de familias españolas con retinosis pigmentaria permite hallar un gen

Los genetistas insisten en la importancia de tener más casos

Por dos veces en los últimos años, los genetistas de la Fundación Jiménez Díaz, en Madrid, han sido fuente de buenas, noticias. Dos de sus pacientes les habían planteado una misma pregunta fatídica, y con la misma ansiedad: "¿Transmitiré esta enfermedad a mis hijos?". La retinosis pigmentaria que ambos padecen ya les ha hecho empezar a perder visión y tal vez progrese hasta convertirles en ciegos. No hay tratamiento. Pero ahora, gracias a los estudios genéticos, en algunos casos se puede saber cómo será el desarrollo de esta enfermedad hereditaria, si la tendrán los hijos o si hay portadores asintomáticos entre los familiares. Un grupo español acaba de localizar otro gen de entre los muchos responsables de la retinitis, y resaltan la necesidad de registrar al mayor número posible de afectados y familiares en España.Pedro -nombre falso- tiene un tipo de retinosis llamado coroideremia; el gen responsable se conoce y también su efecto: la pérdida de visión suele estabilizarse. "Fue un alivio saberlo, y además doble. Mi mujer estaba embarazada y nos dijeron que si era niño no padecería la enfermedad", dice Pedro. Ha sido niño; su hermana, nacida antes de que Pedro se supiera afectado, también está a salvo, aunque porta el gen y sí podría transmitirlo. "La coroideremia siempre se transmite ligada al sexo: las mujeres no la padecen pero sí pueden ser portadoras y transmitirla", explica Carmen Ayuso, jefa asociado del servicio de genética de la Fundación Jiménez Díaz.

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La segunda paciente sufre, en cambio, una forma dominante de la dolencia. Sus futuros hijos tienen un 50% de posibilidades de heredarla, y ella podrá saber si esto ha sido así ya durante el embarazo: una prueba prenatal detectaría la presencia del gen responsable. "Esto no se podría hacer sin la identificación o localización del gen defectuoso para cada paciente", afirma Ayuso, "que es lo que ocurre todavía en la mayoría de los casos".

Origen multigénico

La razón de que sólo unos pocos puedan recibir hoy esta información genética es que la retinosis pigmentaria es una enfermedad hereditaria de complejidad inusual. En la fibrosis quística, por ejemplo, el gen defectuoso es sólo uno y, además, en el 80% de los casos presenta el mismo tipo de mutación. En la retinosis, a pesar de que los síntomas son comunes a todos los afectados, se conocen unos veinticinco genes responsables; para alguno de ellos hay más de cien mutaciones descritas. Una mutación puede darse a veces en una sola familia.Y Ayuso no se atreve a estimar cuántos genes faltan por descubrir, pero deben ser muchos: los conocidos sólo afectan al 20% de las retinosis dominantes -a las que les basta una copia del gen defectuoso para manifestarse- y apenas al 5% de las recesivas -las que sólo se desarrollan cuando hay dos copias, una del padre y la otra de la madre- "Al resto de los pacientes no les podemos decir nada porque su problema no lo causa ninguno de los genes conocidos ni localizados", dice esta especialista. (Cuando el gen no se ha identificado pero sí se sabe dónde está también puede detectarse).

Aun así, los logros actuales se consideran importantes. En ellos, según Ayuso, ha sido clave la colaboración desde 1991 entre distintos grupos españoles (en el hospital La Fe y San Pablo y la Universidad de Valencia; los hospitales San Juan de Dios y San Pablo y la Universidad de Barcelona; el hospital Virgen del Rocío de Sevilla, y la Fundación Jiménez Díaz). Cada uno se ha especializado en distintos tipos de retinosis, "de forma que cuando nos llega una familia con una forma concreta la registramos y la enviamos al grupo correspondiente", explica Ayuso. Tienen registradas más de seiscientas familias -unos 2.000 pacientes- y publicaron el pasado año el primer estudio de incidencia en España.

Los especialistas necesitan el mayor número posible de familias porque sólo así pueden tratar de buscar genes nuevos cuando el análisis no da positivo para ninguno de los genes conocidos o localizados. "Buscar genes nuevos es un trabajo exhaustivo, y para que dé resultados estadísticamente fiables es imprescindible una familia grande, árboles genealógicos amplios, con muchos individuos sanos o afectos. La cooperación de las asociaciones de afectados y de la ONCE ha sido muy importante", explica.

Árbol genealógico

Un árbol genealógico completo también permite tratar de establecer el patrón hereditario de la enfermedad, una forma rápida de saber si se trata de una forma dominante, recesiva o ligada al sexo. El caso de Pedro, dice, fue perfecto porque en el árbol genealógico que mandó por correo el patrón de transmisión estaba clarísimo; la prueba genética no hizo más que confirmar que el gen responsable era uno de los que causan coroideremia, y ahora sus médicos han podido incluso seguir la pista de este factor hereditario mutado hasta el pueblo andaluz de donde procedía un familiar.El trabajo de los grupos de la Universidad de Barcelona y del hospital San Pablo ha sido más costoso. Han necesitado años para analizar más de 55 familias españolas afectas de una forma recesiva de retinosis y conseguir así localizar un nuevo el RP19. "La localización física de un gen es un paso previo para caracterizar su función y una herramienta de diagnóstico muy valiosa", afirma Roser González, catedrática del departamento de genética de la Universidad de Barcelona. Además, resalta que el registro de retinosis recesivas es el más incompleto, a pesar de que es el tipo más frecuente en España (aproximadamente un 400%).

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