Ni México, ni Canadá, ni Europa: ¿quiénes no fueron invitados a la toma de posesión de Trump?

Tradicionalmente, la ceremonia de investidura de los presidentes de Estados Unidos suele ser un acto doméstico, pero con difusión global. Los presidentes de otras naciones no suelen ser invitados al acto, pero esa costumbre se rompió con el regreso de Donald Trump al poder, quien esta vez se rodeó de una selecta lista de amigos con la que hizo una abierta declaración de intenciones sobre las alianzas internacionales que marcarán su segundo mandato.

La presencia latina estuvo representada por el presidente argentino Javier Milei, quien aspira a convertirse en su interlocutor en la región. El ecuatoriano Daniel Noboa, empresario como Trump y aspirante a la reelección del país andino, también viajó a Washington para el evento. No así el salvadoreño Nayib Bukele, que figuraba entre los invitados, pero terminó por no asistir.

El venezolano Edmundo González Urrutia, a quien la Administración Trump ha prometido reconocer como presidente electo tras el fraude electoral de Maduro, fue otro de los presentes, aunque no puede incluirse dentro del club de líderes de ultraderecha que rodean al magnate como Georgia Meloni, la primera ministra italiana y única presencia europea de alto nivel en la ceremonia, que también contó con la asistencia de otros políticos ultra como el español Santiago Abascal, fundador de Vox; el polaco Mateusz Morawiecki, exprimer ministro y líder en el parlamento europeo del grupo Conservadores y Reformistas; el británico antiinmigrante Nigel Farage, el francés Eric Zemmour y la alemana Alice Weidel, líder de Alternativa por Alemania.

Los ignorados

En este grupo se incluyen a todos los países europeos por separado y la Unión Europea en su conjunto. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, no fue invitada como tampoco los jefes de Estado de Alemania, Francia o España, pero sí sus embajadores en el país. Una de las mayores omisiones fue la de Reino Unido, un aliado histórico de Washington. Su primer ministro laborista Keir Starmer fue ignorado; como la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, y el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, quienes lideran a dos de los principales socios comerciales de Estados Unidos. Ante la amenaza arancelaria y las deportaciones masivas anunciadas por el magnate, la mandataria mexicana declaró que su país no agachará la cabeza y defenderá sus intereses.

Los que no llegaron

El presidente chino Xi Jinping fue uno de los convocados, pero envió en su lugar al vicepresidente Han Zheng, quien habría tenido un roce telefónico con Trump, publicó la agencia EFE. El presidente indio Narendra Modi, quien mostró una gran simpatía hacia el republicano durante su primer mandato, no pudo asistir y estuvo representado por su ministro de Exteriores, Subrahmanyam Jaishankar. Este también es el caso de Japón y Australia.

El expresidente brasileño Jair Bolsonaro, gran fan de Trump en la región, tuvo que ver la investidura por televisión porque el Tribunal Supremo le impidió salir del país mientras es investigado por golpismo. Otro que no pudo llegar fue el primer ministro húngaro Viktor Orban, quien ha declinado la invitación por asuntos de agenda, pero se perfila como un posible facilitador entre el republicano y el presidente ruso Vladímir Putin. El fin de la guerra de Ucrania fue una de las grandes promesas de campaña del republicano.