El Gobierno peruano estudia la mejora de las condiciones de vida en las cárceles

El duro régimen carcelario aplicado a los presos sentenciados por terrorismo, una de las principales denuncias del Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA), atrincherado con 73 rehenes en la residencia del embajador japonés en Lima, ha sido atenuado en una reforma que estudia el Ministerio de Justicia. Más visitas familiares y más tiempo de paseo en los patios de las prisiones figuran entre las previsibles mejoras, según anunció el Defensor del Pueblo, Jorge Santistevan.

La crisis cumple hoy 35 días sin haberse constituido la "comisión de garantes" encargada de garantizar una solución pacífica: el MRTA exige que se aborde la excarcelación de 458 presos, y el Gobierno se niega.Pese a la insistencia del Defensor del Pueblo en afirmar que la crisis aplazó el proyecto carcelario, otras fuentes aseguran lo contrario: lo recuperó. Según Santiestevan, su institución trasladó al ministerio unas propuestas de mejora que coinciden, en esencia, con el proyecto desarrollado por el Instituto Nacional Penintenciario (Inpe). Hasta ahora se desestimaba que los presos por terrorismo y traición a la patria pudieran ser visitados por sus familiares semanalmente. Las visitas tiene carácter mensual, y el paseo de los internos es de media hora al día.

El Defensor del Pueblo propuso también concesiones en una de las medidas más crueles del sistema penitenciario: que los hijos de los presos visiten a sus padres al menos una vez al mes y no una cada tres meses, como ocurre ahora. También se pretende que puedan recibir paquetes de comida para complementar el rancho de la prisión, condimentado a razón de unas 60 pesetas por día y persona. Asimismo, se planteó la posibilidad de que los internos tengan acceso a programas educativos, consultas psicológicas y a trabajar fuera de las celdas. Por otra parte, ayer presentó sus cartas credenciales el nuevo embajador de España, Gonzalo de Benito, entre críticas del Ministerio de Relaciones Exteriores peruano por el hecho de que haya estado fuera del país durante casi toda la crisis.