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Los universitarios tendrán menos asignaturas y más facilidades para organizar sus carreras

El Consejo de Universidades debatirá en Madrid la revisión de los planes de estudio

Los universitarios tendrán menos asignaturas y menos horas de clase. Además, organizarán de forma más flexible su carrera: se ampliarán las pasarelas, para pasar del primer ciclo de una titulación al segundo de otra, y se incrementará la posibilidad de elegir asignaturas de otras facultades. Son modificaciones propuestas por una ponencia del Consejo de Universidades (CU) con el objetivo de profundizar en la revisión de los planes de estudio y eliminar los problemas detectados en su implantación, derivados especialmente de la primacía de los intereses de los profesores sobre las necesidades reales de formación de los estudiantes. El pleno del Consejo debatirá este informe el próximo día 17 en Madrid.

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Créditos y materias

Los miembros del pleno del Consejo pueden presentar enmiendas al dictamen hasta 48 horas antes de la sesión, que será presidida por la titular de Educación y Cultura, Esperanza Aguirre. El texto aprobado servirá de base para las modificaciones relativas a los 133 títulos y más de 2.000 nuevos planes elaborados por las universidades en los últimos siete años.En el texto, sobre el que se espera el consenso, se propone a las universidades que eviten la excesiva carga lectiva de los últimos planes de estudio. Se cambiará el concepto de crédito: al menos 7 de sus 10 horas serán de asistencia a clases y prácticas. Las restantes se ofrecerán al alumno para que demuestre su valía realizando trabajos personales y de grupo, incluyendo cursos propios o profesionales justificados, aunque no estén comprendidos en la oferta del centro.

También se recomienda que las universidades establezcan un máximo de asignaturas por año académico, especialmente en los primeros cursos. Así se podrá evitar, en los casos de estructura cuatrimestral o semestral del curso, el excesivo número de exámenes y las dificultades para organizar la matrícula. La cifra de referencia propuesta es de nueve asignaturas por año.

Créditos por asignatura

A esto se añade la petición de un consenso para que las universidades fijen un número mínimo de créditos por asignatura, que no podrá ser inferior a 4,5 salvo para algunas asignaturas troncales. En la actualidad han proliferado las asignaturas de un crédito o dos, lo que multiplica la cifra de materias. Estas miniasignaturas deberán ser suprimidas o refundidas, o, en caso contrario, su carga lectiva será elevada a 4,5 créditos.Otra propuesta sugiere que se pueda aplicar un incremento de la carga lectiva del 25% para las materias troncales o del 15% para el ciclo, en detrimento de las asignaturas obligatorias que, en muchos casos, presentan cierta duplicidad con las troncales.

Un paso que deberán dar las universidades, y que depende de la legislación ministerial, es aclarar y ordenar con objetividad el tránsito del primer ciclo de una carrera al segundo de otra con el fin de que permita el acceso de alumnos de otras carreras, lo que actualmente es infrecuente. Se trata de una reorganización de las llamadas pasarelas, que apenas existían, cuando se aprobaron los planes de estudios.

La propuesta del Consejo recoge también que las universidades faciliten la circulación de alumnos cuando las asignaturas de libre elección tienen que cursarse en un centro distinto del que imparte las materias troncales. Es un planteamiento que refleja el espíritu horizontal contenido en la Ley de Reforma Universitaria (LRU), de 1983, que pretendía acabar con la tradicional verticalidad de facultades y escuelas. Es decir, se trata de que título y facultad no tengan por qué ser coincidentes.

Las recomendaciones que se debatirán el 17 de diciembre provienen de la experiencia de las primeras promociones que han seguido los nuevos planes de estudios (en 1995 los diplomados y en 1996 los licenciados). Los planes fueron elaborados más en función de un reparto de asignaturas entre profesores, normalmente realizado por los responsables de los departamentos, lo que respondía más a intereses corporativos que a la calidad de la formación de los estudiantes.

El propio Consejo nombró en diciembre de 1995 la comisión que ha elaborado el documento, y la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE) celebró en Valencia una reunión sobre el asunto en marzo pasado, siempre a partir de diagnósticos muy similares. El Grupo Socialista ha presentado este año una proposición no de ley también en esta línea.

En el proceso de revisión de los planes se ha detectado una concentración en menos años de la misma carga lectiva de los planes antiguos. El resultado es que muchos alumnos no terminan las nuevas licenciaturas en cuatro años y las nuevas diplomaturas en tres, como se había planeado. Otra experiencia es la que se refiere a la estructura del curso en dos fracciones cuatrimestrales (combinada en la mayoría de las universidades con la anual), que hace que las convocatorias de exámenes del final del primer cuatrimestre y del principio del segundo cuatrimestre se solapen unas con otras, con el consiguiente desconcierto en la programación de exámenes y la excesiva concentración de pruebas.

La estructura cuatrimestral, además de crear insuficiencias pedagógicas y dificultar las convalidaciones parciales, ha desbaratado la organización tradicional de la matrícula: un solo periodo de matriculación, al principio de curso. Ahora se considera más coherente un sistema de doble matrícula en cada curso. Pero ya se cuenta con que la complejidad de los planes dificultará la apertura de un periodo de matrícula en febrero.

Al margen de los puntos que se reflejen en un cambio normativo, la autonomía universitaria permitirá que las universidades acepten o no las simples recomendaciones.

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