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EE UU apoya la propuesta de Canadá de lanzar alimentos en paracaídas a los refugiados

Impulsada por el llamamiento de Canadá a terminar de una vez por todas con las dudas y poner manos a la obra, la operación multinacional de ayuda a los ruandeses refugiados en Zaire avanzó ayer un nuevo paso. EE UU, país considerado imprescindible por el resto de los participantes en la operación, dejó claro hasta dónde piensa ir. Los norteamericanos, reiteró su secretario de Defensa, William. Perry, no enviarán tropas a Zaire en ningún caso, pero apoyan la última propuesta canadiense, la de lanzar alimentos en paracaídas a los refugiados ruandeses, y se declaran dispuestos a colaborar en esta última operación. España también sigue dispuesta a participar en la operación en cualquiera de sus formas.

Tras dos semanas de innumerables reuniones y discusiones sobre el destino, los objetivos, la ubicación y el tamaño de la fuerza multinacional liderada por Canadá que aprobó la ONU, ésta puede quedar reducida a algo semejante a lo que los norteamericanos ya hicieron con los musulmanes de Bosnia y los kurdos del norte de Irak: el envío de alimentos por paracaídas. Se trata de la solución más fácil, menos comprometida, mas impersonal.Perry, de visita a las tropas norteamericanas estacionadas en Nápoles, quiso que no quedaran dudas sobre el punto de vista de EE UU. "No estamos planeando una operación militar", dijo. "No estamos planeando una operación consistente en enviar a Zaire fuerzas militares para el mantenimiento de la paz, para garantizar la estabilidad de ese país", insistió.

El pasado martes, Canadá lanzó un mensaje a la comunidad internacional insistiendo en la necesidad de hacer algo de una vez por todas a favor de los refugiados ruandeses, y dio de plazo hasta hoy, jueves, para que todos los países expresen claramente su voluntad o no de colaborar. Lloyd Axworthy, ministro canadiense de Exteriores, propuso que, como mínimo, se ponga ya en marcha una operación de socorro en paracaídas, y señaló que su base puede ser el aeropuerto de Entebe, la capital de Uganda.

Los norteamericanos, que llevaban días insistiendo en su deseo de minimizar la operación multinacional, respondieron ayer confirmando su disposición a participar en la aportación de ayuda en paracaídas. Perry declaró: "Si se habla de una operación de ayuda aérea, es seguro que nosotros participaremos plenamente. Siempre que se trate de eso, EE UU desempeñará un papel importante, puesto que nosotros tenemos los mejores equipos para hacerlo". No obstante, el secretario de Defensa norteamericano añadió una última condición. El permiso de Zaire, Uganda y Ruanda, dijo, es imprescindible para cualquier movimiento aéreo a baja altitud.

Según Perry, "dentro de un día o dos" estarán ultimados los detalles de lo que todo da a entender que va a ser un "bombardeo" de ayuda humanitaria en la región africana de los Grandes Lagos. EE UU ya tiene unos cuatrocientos militares especializados en apoyo logístico en los aeropuertos de Mombasa (Kenia), Kigali (Ruanda) y Entebe (Uganda). Medio centenar de aviones militares de carga estacionados en distintas bases norteamericanas de Europa están listos para despegar en cualquier momento.

El teniente general Maurice Baril, comandante en jefe de una fuerza multinacional que todavía no ha terminado de nacer, se entrevistó ayer en Kigali con el vicepresidente y ministro de Defensa de Ruanda, Paul Kagame, después de que Uganda hubiera autorizado oficialmente el uso del aeropuerto de Entebe como base de la operación de ayuda humanitaria. De hecho, unos 550 soldados norteamericanos, canadienses y británicos trabajaban ayer en el último, piso de ese aeropuerto en los preparativos de la operación. Compuesta por 250 norteamericanos, 260 canadienses y 48 británicos, esa fuerza debe añadirse a los 60 soldados norteamericanos y canadienses que ya están en Kigali.

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Pero Ruanda seguía considerando innecesaria cualquier operación multinacional en Zaire y se oponía a que se utilizara su territorio para una actuación semejante.

Portavoces de la ONU expresaron su temor a que el envío de ayuda en paracaídas sea claramente insuficiente si no va apoyado por una operación terrestre de socorro.

Por su parte, el Gobierno español recibió a las tres de la madrugada de ayer un telegrama de Canadá en el que se le pedía una respuesta en el plazo de 48 horas sobre su disposición a participar en la fuerza multinacional, informa Miguel González. El ministro de Defensa, Eduardo Serra, ha adelantado que se está dispuesto para lo que haga falta, incluso para colaborar en una eventual operación de lanzamiento de alimentos en paracaídas, si bien se considera que, para esta opción concreta y desde un punto de vista puramente técnico, la contribución española no sería necesaria.

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