"Europa quiere ofrecer su experiencia a israelíes y palestinos"

El diplomático español Miguel Ángel Moratinos, de 45 años, recibió ayer del Consejo de Ministros de Exteriores de la Unión Europea (UE) el mandato como "enviado especial de la UE para el proceso de paz de Oriente Próximo", función para la que fue elegido el pasado 28 de octubre. Su manual consiste en mantener contactos, observar, proponer iniciativas...Es decir, sin participar todavía en las negociaciones de paz, debe adoquinar el camino hacia una más plena participación europea en el tablero del Mediterráneo Oriental. Hasta el 3 de diciembre -cuando reciba en Madrid al primer. ministro israelí, Benjamín Netanyahu- no abandonará formalmente el encargo de la Embajada española ante Israel. Pero ultima ya una gira por la zona para atender una urgencia: la flexibilización de las fronteras entre israelíes y palestinos.

Pregunta. Su presupuesto es de 2,13 millones de ecus, unos 320 millones de pesetas. Parece miserable.

Respuesta. Es que pretendemos ser ágiles. Obtener resultados sin multiplicar estructuras. Pero la dotación es revisable si se presentan más necesidades.

P. ¿Cuáles serán sus primeros pasos?

R. El 4 de diciembre asumo las competencias de enviado especial con carácter exclusivo. Al día siguiente iniciaré una gira por Oriente Próximo. Me entrevistaré con Yasir Arafat y al día siguiente con las autoridades israelíes. Luego visitaré Siria, Jordania, Líbano y Egipto. Estoy ajustando la agenda. Me propongo realizar una primera evaluación de la situación antes de fin de año y presentar en enero próximo al Consejo de Ministros comunitario un primer esbozo de las iniciativas que podría emprender la UE, en forma de un plan de acción.

P. Un par de meses para tomar el pulso.

R. Sí, un plazo indispensable para sembrar y recabar toda la información. Pero simultáneamente emprenderemos una tarea muy concreta, en la parte palestina. No voy a entrar en las negociaciones sobre Hebrón, salvo que lo reclamasen las partes. Actualmente está ya encauzándose, aunque discretamente. Me voy a concentrar en la flexibilización del cierre de los territorios [autónomos palestinos] y en la mejora de la comunicación. Es algo muy urgente porque el cierre impide la libre circulación de mercancias, provoca sufrimientos a los palestinos y amenaza con repercutir sobre Israel porque podría provocar radicalizaciones.

P. Es un problema enquistado.

R. Expresado como refrán, mi sueño a largo plazo es pasar de la Ceca a la Meca, a una Middle East Common Area [Área Común del Próximo Oriente], fluida e intercomunicada. Y la UE puede contribuir mucho a este designio. Tenemos una larga y estupenda experiencia en manejar la cuestión de las fronteras y reducir las barreras. Vamos a proponer la constitución de un grupo de trabajo para llegar a acuerdos técnicos sobre el cruce de fronteras, de trabajadores con contrato, de personalidades... Me dirá que la ambición es modesta, pero nuestra pretensión inicial no es entrar en las negociaciones políticas directas, sino contribuir al establecimiento de medidas que construyan progresivamente la confianza entre las partes, una base sobre la que cimentar resultados políticos.

P. Tras Palestina e Israel, sigue su gira.

R. Con los libaneses nos veremos en Washington el día 16. Estudiaremos qué puede hacerse para la reconstrucción del país y aprovecharemos para profundizar los contactos con EE UU, a quienes ya hemos encontrado muy receptivos, a través de Dennis Ross [el negociador norteamericano]. A Siria no se la puede olvidar si pretendemos un enfoque global del proceso de paz, y a UE tiene ahí buenas bazas para estimular la interlocución. El tratado de paz Israel-Jordania funciona bien, pero quedan algunos flecos. Y Egipto es el gran país árabe de la zona, con quien debo mantener una relación privilegiada. Además, trataremos de sacar todo el fruto al proceso de Barcelona [abierto hace un año con la Conferencia Euromediterránea] para intentar modificar las mentalidades de las sociedades -los empresarios, los intelectuales-, porque, aunque los políticos difícilmente pueden ocuparse de ellas, al final los Gobiernos resultan condicionados por ese factor.

P. Su programa es de raigambre muy comunitaria, construido a base de pequeños pasos.

R. Sí, hemos de avanzar con pequeños pasos, pero que tengan efecto-multiplicador. La UE tiene voluntad política de estar más activa en la zona. Tenemos ya los medios. Y Europa dispone de la capacidad intelectual de generar ideas y de la sensibilidad y cercanía respecto de sus problemas como para lograrlo. Actuaremos con modestia, no como un elefante en una cacharrería, sino de manera muy complementaria a la de EE UU. Queremos hacer visible a Europa por que tiene buenas experiencias en crear un espacio de paz y estabilidad, que pueden ser útiles a todos para encontrar soluciones.

P. Su mandato es de un año, aunque renovable. ¿Qué resultados pretende para entonces?

R. Que se hayan retomado todas las negociaciones del proceso de paz, recuperando el espíritu de optimismo, y que se haya reconocido el papel de la UE por todas las partes. El Estado de Israel cumplirá en 1998 cincuenta años de su fundación. Ojalá pueda celebrar ese aniversario en paz y en seguridad.