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Francia unirá con un "faraónico" canal navegable los ríos Ródano y Rin

Ecologistas, socialistas e ingenieros se oponen al proyecto

Enric González

El gobierno francés ha dado luz verde al que considera "el mayor proyecto de ordenación del territorio", calificado de "faraónico" por la propia ministra de Medio Ambiente, Corinne Lepage: la construcción de un canal navegable de 229 kilómetros de longitud y una anchura media de 55 metros, que unirá el Rin y el Ródano.

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El coste se estima en 28.000 millones de francos (700.000 millones de pesetas). Según los abundantísimos enemigos del proyecto, los gastos serán mucho mayores. La mayoría de las asociaciones ecologistas, numerosos ingenieros y la oposición socialista rechazan frontalmente el canal. El líder socialista, Lionel Jospin, lo califica de "desastre ecológico y catástrofe económica y ha prometido que, en cuanto llegue al poder, suspenderá las obras. El primer ministro, Alain Juppé, reconoció el mes pasado que dudó mucho, pero acabó decidiéndose a favor del canal porque "Francia reforzará su posición en Europa" y porque "creará muchos empleos".La sociedad Sorelif, creada en 1995 para construir el gran canal, tiene ya autorización gubernativa para adquirir los terrenos y, en caso de necesidad, iniciar trámites de expropiación. Sorelif está compuesta al 50% por la Compañía Nacional del Ródano, y Electricidad de Francia (EDF), la gran compañía pública que monopoliza el suministro eléctrico. EDF se ha visto forzada por el gobierno a convertirse en financiador de la obra, pese a que duda de su rentabilidad. Según las asociaciones que se oponen al canal, las, pérdidas de explotación anuales no bajarán de los 2.500 millones de pesetas.Destrozos ecológicos

Monique Coulet, especialista en hidrología y dirigente de una asociación contra el canal, afirma que "la vía de agua es un medio de transporte ecológico en su funcionamiento, pero no en su infraestructura". Además de los destrozos ocasionados por la construcción y los trastornos que sufrirá la fauna.

Los ecologistas creen que el canal aumentará el riesgo de inundaciones y tendrá grave impacto en los humedales. El canal debe permitir la circulación de convoyes de mercancías de hasta 190 metros de largo y 4.500 toneladas de carga.

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