_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Los miserables

Andrés Ortega

A las puertas del nuevo milenio, África, de donde parece que surgió la humanidad, se ha convertido en tierra maldita. Mientras una gran parte del mundo está avanzando, Africa ha retrocedido en Ios últimos años. En casi todo, salvo en el número de habitantes. Y en este retroceso se encuentran muchas de las claves para explicar la magnitud dé las tragedias que marcan su historia reciente, como la última de Zaire.Zaire tenía 17 millones de habitantes en 1960. A la vuelta de la esquina del 2000 tendrá 44 millones. En ese tiempo, el conjunto de África -a pesar del sida, a pesar de otras enfermedades, a pesar de las. guerras genocidas- habrá pasado de 273 millones de personas a 835 millones. Pero el aumento de población no ha ido parejo con el aumento de la riqueza.

Más información
Los rebeldes zaireños que controlan Goma dejan entrar ayuda humanitaria
Aznar dará a la ONU todos los datos sobre la supuesta venta de armas españolas a Ruanda

En los últimos 10 años, desde 1986, el PIB total de África ha crecido a un mero 1,7% anual, pero la renta por habitante se ha reducido cada año en un 1,2%, según los últimos datos del Banco Mundial. Zaire tiene hoy la misma renta por habitante que a principios de los años sesenta. Y África en su conjunto tiene un PIB total inferior al de España. De hecho, la economía de África, con una población 15 veces superior, es la *mitad de la española. Y si en 1960 Africa era autosuficien te en alimentos, hoy muchos millones de sus habitantes dependen de una ayuda alimentaria exterior que mina su agricultura (y en ocasiones alimenta los armamentos). En resumen, África ha perdido casi cuatro décadas.

África se ha quedado al margen de la economía mundial, de la globalización. Su participación en el comercio internacional se ha reducido a la mitad entre 1980 (5%) y 1995 (2,2%). El capital no parece interesarse por Africa. El despegue económico de Asia o de América Latina en estos año s contrasta con el parón africano. Pero en la confirmación de este despegue puede estar la salvación de África. Pues si junto al mundo desarrollado las nuevas economías dinámicas -que suponen entre 2.000 y 3.000 millones de personas- consolidan su arranque, en su estela puede acabar creciendo Africa.

En este sentido, él Banco Mundial expresa cierto optimismo -del que ya ha hecho gala en fallidas ocasiones anteriores- de que en el África subsahariana, por primera vez desde los años setenta, se van a producir aumentos reales en el nivel de vida de sus habitantes. Especialmente en la región sur del continente, en la que se centran las esperanzas de poner en marcha una locomotora económica que, junto a una mejora del África mediterránea, acabará arrastrando hacia el crecimiento al conjunto del continente.

La democracia ha hecho discretos avances en Africa, aunque también los ha realizado una seudodemocracia que ha sustituido a la también importada cultura del partido único, tan bien descrita por Ahmadu Kuruma en su Soleil des indépendances, y que sirve a menudo para encubrir una realidad dictatorial. Así, Zaire lleva demasiado tiempo saltando de provisionalidad en provisionalidad, de una transición a otra. Y detrás de este fracaso se esconde lo que es una crisis bastante abierta del Estado en el África subsahariana

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Bemard Lugan, en su initeresante, libro

Afrique, significativamente subtitulado 'De la colonización filantrópica a la recolonización humanitaria',afirma qué lo que ha fa llado no ha sido la colonización, sino la descolonización y denuncia lo que considera que es el verdadero pillaje de África: la fuga de cerebros y de cuadros profesionales, que van a estudiar a Europa y luego se quedan aquí en vez de volver a sus países. Donde se les necesita. Claro que, como es cribiera Victor Hugo, "llegados a un cierto grado de miseria, uno se ve invadido por una suerte de indiferencia espectral".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_