Hunosa y la desindustrialización de Asturias

"En las cuencas mineras asturianas nadie se cree que Hunosa vaya a cerrar en seis años. Aunque lo haya dicho el ministro y aunque lo aseguran los periódicos, no nos lo podemos creer". José María Díaz Querejeta, 35 años, minero jubilado hace tres por invalidez tras un accidente laboral sufrido en el pozo Olloniego, una de las 12 explotaciones de Hulleras del Norte, SA (Hunosa) clausuradas en los últimos cinco años, expresa así un sentir generalizado en estas comarcas hulleras tras el anuncio del ministro de Industria, Josep Piqué, de que el Gobierno. pretende el cierre de la empresa estatal Hunosa en el entorno de los años 2002 o 2005. Y advierte: "Como cierren Hunosa va a haber muchos conflictos porque no hay otras posibilidades de trabajo. Habrá mucha tensión y muchas revueltas. Se va a armar la de Dios. Esto se va a parecer al País Vasco".En estos valles del Caudal y del Nalón, con más de cien años de intensa actividad minera y sin otro medio de supervivencia que no sea la extracción de carbón, el anuncio ministerial ha sido recibido con estupefacción y una cierta incredulidad por las gentes, pero también con Una pro funda inquietud. No se habla de otra cosa desde hace una semana. En las galerías subterráneas donde se arranca el mineral, en las charlas de chigre (tasca) y en las barriadas obreras ha empeza do a cundir el desasosiego, el miedo y la desesperanza:

"En efecto será devastador", dice Julio Rodríguez Camblor, empresario, propietario y gerente de Hormigones del Nalón, SA (Honasa). Pero nadie se resigna a aceptar los designios del Gobierno sin agotar antes todos los recursos disuasorios disponibles. Incluida la presión y la lucha.

En unas comarcas forjadas en una centenaria combatividad sindical y obrera, reducto de resistencia activa durante el franquismo y donde aún está vivo y lacerante el recuerdo de los tiempos de la - más dura represión, vuelven a oírse las voces que anuncian el retorno a la movilización. "La contestación va a ser durísima", advierte el empresario Rodríguez Camblor.

Otro industrial, Teodoro Llanos, que fue minero picador hasta que. el cierre de la compañía privada para la que trabajaba le impulsó a crear sus propias empresas -hoy es administrador único de las sociedades Mivalsa, Terpo y Estrabub- opina en similares términos: "Los mineros son gente muy noble y muy trabajadora, pero si se les acorrala y no se les ofrecen otras alternativas para vivir , se defenderán como puedan".

Hunosa supone aún hoy entre el 20% y el 50% del empleo y de la renta de los 10 municipios hulleros donde tiene actividad. Con un valor añadido bruto de 0.000 millones de pesetas, la compañía estatal minera representa algo más del 4% del producto interior bruto (PIB) de Asturias, aporta el 2,7% del empleo total asturiano y supone el l3,9% del empleo industrial de la región.

Ejemplo paradigmático de monocultivo industrial, agravado tras el desmantelamiento siderúrgico sufrido por estas comarcas en los años setenta y primeros ochenta, la muerte largamente anunciada de la minería no ha sido compensada de forma cautelar con la generación de otras actividades que hubieran permitido alumbrar posibilidades de empleo alternativo y de medios de supervivencia para unos municipios en los que la tasa de paro supera en dos puntos la media asturiana. "La situación actual ya es dramática. "Yo creo sinceramente que no van a tener valor ara cerrar, Hunosa", sostiene el industrial Teodoro Llanos, afincado en Mieres, en el valle del Caudal. "¿Qué va a ser de esta zona si. eso Ocurriera?".

El anuncio del ministro ha hecho crujir las estructuras políticas y sindicales de la región, ha puesto a Asturias ante la evidencia de un desenlace temido desde hace décadas y ha intensificado el sentimiento de crisis que desde tiempo atrás atenaza a la sociedad asturiana, inerme ante un declive que afecta a todos los sectores productivos básicos de la región."El cierre de Hunosa sería el fin de Asturias", afirma el minero Díaz Querejeta.

El empresario -Bernardino Sánchez opina que el problema se enfoca mal si sólo se analiza el efecto del cierre para los municipios mineros". "Es, un problema que tendrá repercusiones en toda Asturías", señala. "La simple declaración del ministro", asegura este industrial, "ya ha producido efectos negativos. Cualquier idea de inversión, cualquier proyecto ha quedado paralizado porque ha cundido el desánimo, y la economía y los inversores precisan confíanza",

"Con o sin ayudas públicas", sostiene el empresario Teodoro Llanos, "las cuencas no podrán sobrevivir sin Hunosa. Hay mucha gente que por edad y forma ción no podrán hacer otra cosa. Muchos mineros de 35 años no serán capaces de reconvertirse. El fin de Hunosa supondrá la desaparición de comercios, hostelería, empresas de construcción... No hay alternativas a la minería y cuando se cierra un pozo- con 1.300 trabajadores, esos empleos son irrecuperables".

Una de sus empresas, Mivalsa, es proveedora de Hunosa. "Si Hunosa cierra, será un golpe duro para nuestro grupo pero no nos arrastraría al cierre porque nos hemos diversificado hacia otros sectores. Pero éste no es el, caso de muchos talleres".

Como es común en toda actividad minera, Hunosa no tiene el efecto descollante que ejercen sobre el resto de los sectores otras actividades industriales básicas, caso de la siderurgia. Hunosal que factura 30.000 millones de pesetas, realiza aprovisionamientos por valor de 12.000 millones que se reparten al- 50% entre la compra de materias primas, y la contratación de servicios externos. En este «sentido , su impacto . es relativo en la economía regional. Sin embargo su trascendencia es capital en términos sociales, territoriales y de renta, en el sostenimiento de la economía de servicios y como casi única expectativa de empleo en una extensa área geográfica sometida al monocultivo del carbón