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Entrevista:

"Una vacuna contra el sida es improbable con la tecnología actual"

Simon Wain-Hobson, del departamento de retrovirología molecular del Instituto Pasteur de París, coorganizó -con sus colegas españoles Enrique Domingo -y C. López-Galíndez- la reunión científica sobre cuasiespecies de virus ARN, que se celebró, recientemente en la Fundación Juan March en Madrid. Afirma este científico que hubo virus en el pasado, los hay ahora y los habrá en el futuro.

Pregunta. ¿Qué se entiende por cuasiespecie?

Respuesta. Si analizarnos los genomas de un cultivo de bacterias, observamos que son casi homogéneos. Sin embargo, en un virus ARN nos encontramos con una heterogeneidad genética, que se debe a la alta velocidad con la que se producen mutaciones en el virus. En resumen, dentro de una especie viral tenemos las cuasiespecies con secuencias genéticas ligeramente diferentes. Esto determina en gran medida su comportamiento biológico. Por ejemplo, es previsible que en una persona infectada por el virus del sida (VIH) aparezcan cepas de este virus resistentes a los fármacos con los que se le combate. Muta tan deprisa, que alguna de estas mutaciones le dotará de tal resistencia. Las bacterias también acaban siendo resistentes a los antibióticos, pero les lleva mucho más tiempo.

P. ¿Esta es una de las razones por las que los virus ARN son tan resistentes?

R. Sí. Este alto grado de

mutaciones que presentan los virus les da una enorme adaptabilidad: pueden infectar diferentes especies y propagarse en diferentes medios. Les dota de una clara ventaja.

P. ¿Cuál sería la línea de investigación más coherente para abordar el problema del sida?

R. Si realmente supiéramos cómo genera el virus VIH el síndrome del sida, no nos plantearíamos esta pregunta. Creo que el objetivo principal debería ser frenar la replicación del virus. Cualquier vía para lograr esto es válida. El problema del sida se podría simplificar así: imaginemos una piscina con una entrada y una salida de agua. Cuando entra una gran cantidad de agua y sale otra tanta, el nivel de agua en la piscina permanecerá constante. En el caso del virus HIV, el sistema inmune provee, a la piscina de una gran cantidad de linfocitos T para que éstos combatan el virus intruso. Pero una cantidad algo superior de linfocitos T infectados por el virus sale de la piscina, por lo que el nivel de estas células irá disminuyendo. Frenar la replicación del virus equivale a reducir la cantidad de agua que sale de la piscina.

P. ¿Cómo se trata de evitar la replicación actualmente?

R. Se están realizando tratamientos con combinaciones de fármacos. El virus se podrá volver resistente a una de ellas, pero ya es más difícil que se den mutaciones que aporten resistencia a tres o cuatro fármacos diferentes. Parece que al fin hemos encontrado un tratamiento razonable. Desgraciadamente es un tratamiento muy caro. A partir de ahora es un problema político. ¿Qué pasará con los pobres que sean VIH positivo? Es inimaginable que esta terapia vaya a poder ser utilizada en África o Asia, donde apenas se pueden permitir aspirinas. Esto es el lado oscuro, pero no es la primera vez que el mundo occidental puede defenderse y los demás no.

P. El VIH debe de ser uno de los organismos de los que más información se tiene, y, aun así, parece imposible de erradicar.

R. No sé cuándo desaparecerá este virus, pero seguramente el sida continuará existiendo cuando yo me jubile, y seguramente también estará el día que se jubile mi hijo, que ahora tiene 14 años. En Occidente lograremos restringir el número de casos afectados por el sida, pero en los países más subdesarrollados seguramente la situación aún vaya a peor, antes de mejorar. El futuro aparece muy oscuro. Con la tecnología actual es improbable que encontremos una vacuna. En teoría se podría preparar vacunas contra cualquier microbio. La práctica nos enseña lo contrario. Ni siquiera para algo tan común como el catarro se ha encontrado una vacuna eficaz.

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