Zaire asegura que sus fuerzas combaten en la frontera contra soldados llegados de Ruanda
El corte de carreteras en todo el este de Zaire, donde más, de un millón de refugiados hutus dependen de la ayuda internacional para sobrevivir, ha hecho que las organizaciones humanitarias den la voz de alarma. "La situación es desesperada", declaró ayer Abdelwahab Jeme, coordinador en Bukavu del Programa Mundial (le Alimentación, dependiente de la ONU. La hambruna puede provocar una nueva tragedia en la región.Mientras desde un hospital en la lejana Suiza llegaban noticias preocupantes sobre el verdadero estado de salud del presidente zaireño, Mobutu Sese Seko, convaleciente de una operación de cáncer, los combates entre el indisciplinado Ejército zaireño y los banyamulenges (tutsis residentes en la región de Kivu, al este de Zaire, desde hace generaciones) alcanzaron ayer al Ejército regular ruandés, según soldados zaireños entrevistados en Bukavii por la agencia France Presse.
Hacia Bukavu, 120 kilómetros al norte de Uvira, tratan de dirigirse más de 100.000 desesperados hutus que huyen de los combates. Según estos soldados, ha habido "varios muertos" en los enfrentamientos. Añadieron que habían hecho prisioneros con uniforme ruandés en varios puntos de la región.
En Kinshasa, la capital de un país sumido en el caos por la política de rapiña practicada por Mobutu desde hace décadas, el portavoz gubernamental Bonguo Makeli declaró que tropas de Ruanda y Burundi -países en los que la minoría tutsi controla todos los resortes del poder- han hecho incursiones y lanzado ataques tanto al norte como al sur del lago Kivu, en torno a las ciudades de Goma, Bukavu y Uvira.Mientras París proponía una conferencia internacional para intentar solucionar la crisis humanitaria en la región de los Grandes Lagos, los ministros de Exteriores de Burundi y Ruanda rechazaban tajantemente que sus tropas estuvieran combatiendo junto a los tutsis banyamulenge.
"Tenemos demasiados problemas en casa como para ir a luchar a Zaire", declaró un portavoz burundés. Para Anastase Gasana, ministro ruandés de Exteriores, "las acusaciones zaireñas carecen de fundamento". Y aprovechó el desmentido para acusar a Kinshasa de "complicidad" con los extremistas hutus responsables del genocidio de 1994,en el que murieron más de medio millón de tutsis y hutus moderados.
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