Las exportaciones españolas a Cuba crecen este año un 45% pese al endurecimiento de la política del PP
Los empresarios españoles continúan apostando por Cuba. A pesar del enfriamiento de las relaciones oficiales entre ambos países desde que el Partido Popular (PP) llegó al poder, el volumen de exportaciones españolas a Cuba creció un 45% en el primer semestre de 1996, un incremento que, de mantenerse, supondrá a final de año un récord histórico de ventas de más de 70.000 millones de pesetas. También en este periodo han aumentado las importaciones, aunque en menor cuantía. Ya el año pasado las empresas españolas vendieron en la isla productos por valor de 53.000 millones de pesetas, hasta ese momento la cifra más alta de la historia. Las importaciones crecieron en 1995 un 18%, situándose en 12.000 millones.
El aumento del interés por Cuba se ha reflejado también en el incremento de los viajes de misiones comerciales españolas a la isla.En 1995, fueron 11 las cámaras de comercio españolas que organizaron encuentros en La Habana para explorar posibilidades de negocios. Este año, pese al endurecimiento de la política hacia Cuba del Gobierno de José María Aznar, que ha creado un clima de incertidumbre en la comunidad empresarial, ya han pasado por la isla 15 misiones comerciales, y antes de enero lo harán cuatro más.
Sólo en el último mes han pasado por Cuba tres grupos de empresarios españoles, uno de la Cámara de Comercio de Barcelona, otro de la Asociación Regional de Exportadores de Valencia y el último organizado por la Cámara de Comercio de Madrid, institución que viajó a la isla por primera vez. Esta delegación, por ejemplo, estuvo integrada por 12 hombres de negocios, de firmas como Prefimetal o Krape, SA, que en su mayoría no habían realizado antes operaciones en Cuba y estaban interesados en establecer vínculos con empresas cubanas.
También es significativo el aumento de la presencia de firmas españolas en la Feria Internacional de La Habana, el certamen comercial más importante que se realiza en la isla, siempre en noviembre. Si en 1994 los expositores españoles fueron 143, el año pasado esta cifra se elevó a 215. Este año se espera que se produzca un nuevo salto cuantitativo de las empresas españolas que asistirán a la Feria.
Una vieja relación
El interés de los comerciantes españoles por el mercado cubano no es nuevo. Mientras Cuba estuvo integrada al campo socialista, con el que realizaba el 85% de sus intercambios comerciales, España fue el primer suministrador de la isla en occidente. Cuba gozaba entonces de una situación financiera relativamente desahogada, y ello permitió que en esa época se estableciesen importantes vínculos con empresas exportadoras españolas.Tras la desaparición de la URSS, las exportaciones españolas -que llegaron a estabilizarse en unos 40.000 millones de pesetas al año- cayeron en más de un 30%. Pero a partir de 1994, esta tendencia comenzó a revertirse, y paradójicamente, a pesar de la crisis, en 1995 el crecimiento de las exportaciones españolas fue del 40% en relación al año anterior. En 1996 las previsiones son similares.
Una de las causas que explican este fenómeno -que se produce justo cuando el gobierno de Fidel Castro está asfixiado por una gravísima falta de liquidez- es el tipo de productos que exportan a la isla las empresas españolas. En un 70% es maquinaria, equipos industriales y piezas de repuesto, vitales para la industria más importante del país, el azúcar, y suministros para el sector turístico.
Este hecho, y la pérdida de la URSS como principal socio comercial, ha contribuido a convertir a España en el primer proveedor de la isla a nivel mundial, junto a Rusia, que copa buena parte de las operaciones de intercambio de petróleo por azúcar.
En la actualidad, la capacidad importadora de Cuba es de unos 2.200 millones de dólares anuales (280.000 millones de pesetas), de los cuales gasta cerca de 1.000 millones en comprar combustible. De cumplirse las previsiones, este año Cuba comprará en España productos por más de 500 millones de dólares, un récord, si bien los expertos señalan que la delicada situación de tesoría que atraviesa la isla no permite pensar que las autoridades puedan mantener por mucho tiempo estos niveles de crecimiento de sus importaciones.
A pesar de ello, tanto los empresarios españoles que conocen desde hace tiempo el mercado cubano, como los que han llegado a la isla recientemente, parecen dispuestos a seguir su apuesta en Cuba y a no dejar que el clima de enrarecimiento político provocado por el endurecimiento de la política del Partido Popular afecte un mercado que es español hace muchos años.
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