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Arthur Miller adapta para el cine "Las brujas de Salem" 43 años después de escribirla

El dramaturgo norteamericano actualiza en el guión la denuncia de la intolerancia

Ha pasado casi medio siglo antes de que un estudio de Hollywood aceptara el desafio de pagar la adaptación cinematográfica le Las brujas de Salem (The crucible), obra cumbre de la escena estadounidense y metáfora que Arthur Miller utilizó para denunciar la infame caza de brujas del senador Joseph McCarthy en los años cincuenta. El dramaturgo, de 80 años, verá en noviembre el estreno de la que fue su sexta obra teatral transformada en una superproducción de 3.200 millones de pesetas con Daniel Day-Lewis, y Winona Ryder dirigidos por Nicholas Hytner.

Las brujas de Salem narra el proceso de histeria colectiva de un pueblo, desatado por la sed de venganza de Abigail Williams, que ha tenido relaciones íntimas con un hombre casado (John Proctor) y, al verse abandonada por él, trata de dirigir hacia el matrimonio las acusaciones de brujería de que ella misma está siendo objeto tras ser descubierta en un rito supuestamente satánico.La autoridad absoluta, el puritanismo y el establecimiento de la justicia a través de las acusaciones y los chivatazos eran los ejes de un drama que inicialmente no fue un gran éxito en Broadway, pero que con el tiempo se erigió en obra indispensable de la literatura americana contemporánea. En los años cuarenta y cincuenta, Hollywood adaptó éxitos teatrales de Broadway como Un tranvía llamado deseo y La gata sobre el tejado de zinc caliente, de Tennessee Williams. Muerte de un viajante y All my sons, de Arthur Miller, fueron llevadas al cine por su amigo Elia Kazan. Pero no fue así con Las brujas de Salem (1953), una dramatización de la caza de brujas ocurrida en ese pueblo del Estado de Massachusetts en 1692, cuyos puntos en común con las listas negras y la caza de comunistas en Hollywood de esa década eran evidentes.

"Cuando se apagó esta polémica, la obra era para Hollywood algo pasado", comenta el director, Nicholas Hytner. "Creo que es una locura que no se haya intentado hacer en los últimos veinte o treinta años". En realidad, en 1957, Jean-Paul Sartre escribió un guión que fue protagonizado en el cine por Simone Signoret e Yves Montand. Hytner lo considera "un espantoso panfleto marxista travestido".

Un nuevo guión

Alrededor de 1990, Miller completó un nuevo guión y se lo vendió a la Twentieth Century Fox. Según explica Hytner, director británico conocido por La locura del rey Jorge, "se lo mostraron a un montón de directores, que decidieron no hacerlo, muchos de ellos por lo obtuso del lenguaje: querían simplificarlo, algo a lo que yo me negaba, porque creo que el público no es estúpido. Arthur y yo dejamos muy claro que no íbamos a comprometer las ideas, el lenguaje ni la sustancia de la obra. El me dijo que a cambio estaba dispuesto a cualquier cambio estructural, y cuando yo le llamaba diciendo que no se podía hacer tal y tal escena, al día siguiente me mandaba los retoques por fax".Arthur Miller acudió también con regularidad al rodaje de la película, que tuvo lugar en una isla del Estado de Massachusetts, cerca de donde ocurrieron los hechos reales. Su propio hijo Robert es uno de os productores del filme, que e estrena en Estados Unidos el mes próximo.

"He tenido siempre una enorme confianza en la posibilidad de situar la obra en casi cualquier momento histórico, porque trata de una situación de paranoia", dijo Arthur MiIler a The New York Times hace ocas semanas. "Pero esa situación no depende de ningún acontecimiento político o sociológico concreto. La escribí e espaldas al mundo. El enemigo está dentro, y lo de dentro permanece dentro y no se puede sacar". Hytner explicó que, en sus primeras conversaciones con el dramaturgo, éste le dijo: "McCarthy ha muerto, y esta obra sobrevive. ¡Es la venganza del arte!".

El autor de Muerte de un viajante y Vidas rebeldes, la película de John Huston de 1961, estuvo casado con Marilyn Monroe y fue uno de los perseguidos por McCarthy. Aunque simpatizó con el comunismo, nunca fue miembro del partido ni denuncio nombres ante la comisión del Senado, a diferencia de Elia Kazan.

Nicholas Hytner cree que es innecesario mencionar casos modernos de brujería, pues se dan a diario, pero pone como ejemplos el acoso a los fumadores en EE UU o la cada vez más peyorativa connotación de la palabra liberal, mencionando también lo preocupante del nuevo auge de la derecha religiosa. Por su parte, Winona Ryder opina: "Hoy día todavía estamos apuntando con el dedo a muchos grupos sobre los que se quiere descargar la culpa, como los inmigrantes ilegales". "Sin embargo en esta historia, el verdadero villano es el miedo, no Abigail Williams", añade la actriz.

En cuanto a Daniel Day-Lewis, aseguró en una ronda de entrevistas promocionales que no había leído la obra original y que no le interesaban mucho sus implicaciones políticas. "Me interesaba la vida de mi personaje, que queda muy clara a través de la fuerza de su lenguaje", dijo. "Yo tiendo a evitar un compromiso excesivo con el pensamiento intelectual".

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