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Todo Kandinsky en 36 obras

El Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona dedica dos exposiciones a la abstracción

El proyecto era ambicioso. Nada menos que intentar explicar la trayectoria de un artista como Vassili Kandinsky (Moscú, 1866-París, 1944) a través de una selección de 36 obras, en su mayoría acuarelas y dibujos, procedentes de los fondos del Centro Georges Pompidou. Para la comisaria de la exposición que presenta el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (Macba), Victoria Combalía, lo importante no es sólo que las obras son representativas de la trayectoria del artista, sino que, además, se trata de piezas de una innegable belleza.

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"El observador tiene que aprender a mirar el cuadro como representación gráfica de un estado de ánimo, y no como representación de ciertos objetos". Esta frase de Kandinsky sirve de pórtico a la exposición, subtitulada La revolución del lenguaje pictórico, y resume de forma somera su pensamiento, que teorizó en numerosos libros y estudios, entre los que destacan De lo espiritual en el arte y Punto y línea sobre el plano, sobre la pintura abstracta. Todas las obras que se exhiben proceden de la colección que donó Nina Kandinsky al Museo Nacional de Arte Moderno francés, situado en el Centro Georges Pompidou, y que es una de las más importantes de este artista junto a los fondos existentes en el Museo Guggenheim de Nueva York y la Stadtische Galerle im Lenbachlaus de Múnich. La exposición -calificada de "pequeña joya" por el director del Macba, Miquel Molins- incluye un interesante apartado de documentación y está organizada de forma cronológica para que sean evidentes las distintas etapas de un artista que se inició tarde -a los 30 años- en el mundo del arte, pero que consiguió pasar a la historia como uno de los grandes de la pintura de este siglo.El recorrido comienza, por ejemplo, con un cartel de estilo modernista realizado en 1901 en Múnich y finaliza con un óleo de 1940, Bleu de ciel, pintado en París con un estilo entre abstracto y orgánico que recuerda algunas obras de Miró.

Entretanto, el espectador ha podido ver ejemplos de sus primeras obras, influidas por el fauvismo e inspiradas en el folclor ruso; de su paso al expresionismo alemán, en el que participó como uno de los principales impulsores del grupo Der Blaue Reiter (El Jinete azul), junto a Franz Marc y Paul Klee; de sus primeros experimentos abstractos, en los que aún aparecen referencias figurativas en forma de montañas, remeros o edificaciones; de su época más geométrica, tal vez una de las más conocidas debido a la influencia que tuvo la escuela de la Bauhaus, de la que fue profesor, y de su etapa más orgánica, realizada en sus últimos años parisienses.

Pero la estrella de la exposición es sin duda: la Primera acuarela abstracta, una obra fechada en 1910, pero que recientes estudios sitúan en 1913. Sea como sea, ha sido ésta una de las obras más importantes de este siglo por todo lo que ha significado después, como representación pura de los principios de la abstracción. "Es una obra mítica, aunque seguramente no sea la primera", afirma Combalía. "Seguramente no hay único padre de la abstracción, sino muchos a la vez. Lo que hizo Kandinsky fue recoger y llevar a terrenos más profundos e intensos lo que estaba en el ambiente desde principios de siglo. Tradujo unas emociones, unos estados de ánimo y unas vivencias en formas y colores, inspirándose en la música".

A juicio de Combalía, Kandinsky no sólo fue muy coherente con sus teorías y trabajos, sino que no tuvo momentos de decadencia. "Su última época, que durante un tiempo estuvo mal considerada, ahora se está estudiando y revisando desde otra óptica. Y queda claro que cosas que él realizó entonces, como el gran óleo de 1936, Composition IX, que se muestra en la exhibición, pueden considerarse precedentes de pintores posteriores como por ejemplo Frank Stella. Kandinsky era tan imaginativo e inventivo que parece que todo estuviera contenido en él".

De hcho, esta pequeña retrospectiva de Kandinsky, que estará abierta hasta el 5 de enero, se inauguró ayer en el Macba de forma paralela a la exposición Nuevas abstracciones, que ya pudo verse en la primavera de este año en el palacio Velázquez de Madrid, en la que se revisa el trabajo de 29 pintores actuales, nacionales e internacionales, que trabajan actualmente con la abstracción. El centro plantea así una reflexión amplia sobre el lenguaje de la abstracción mostrando su principio y su, de momento, final.

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