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Zinkernagel: "Algunas cosas cambiarán en vida"

El nuevo premio Nobel de Medicina, el suizo Rolf Martin Zinkernagel, que comparte este año el Nobel de medicina y Fisiología con su colega australiano Peter Doherty, por sus investigaciones sobre la capacidad de defensa del sistema inmunológico, declaró ayer que estaba muy "sorprendido" por el premio, aunque reconoció que es simplemente "maravilloso".La sorpresa de este científico, que en la actualidad es profesor del departamento de patología y director del Instituto de Inmunología Experimental de la Universidad de Zúrich, ha sido doble. "Estoy realmente sorprendido porque en 1980 ya se concedió un premio Nobel de Medicina por un trabajo similar".

El trabajo realizado en Camberra junto a su colega Doherty, que tardó dos años en ser reconocido, según ha admitido el científico suizo, ha sido determinante en la lucha contra los virus.

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Tras "la experiencia australiana, donde Zinkernagel, padre de tres hijos que también estudian medicina, fue profesor invitado, estuvo tres años como asistente y luego como profesor en el departamento de inmunopatología del Instituto de Investigación de la Clínica Scripps en La Joya (California), antes de regresar a Zúrich en 1979.

No es la primera vez que Zinkernagel, un gran aficionado a la montaña y autor de más de 200 publicaciones, recibe premios de renombre internacional por su trabajo. El último se lo concedió el pasado marzo la Universidad de Lieja de Bélgica, que le nombró doctor honoris causa. Desde 1987 es miembro del Instituto de Investigación para el Cáncer de Nueva York, de la fundación Jeantet de Ginebra y de la Naegeli de Zúrich.

Ayer Zinkernagel buscaba un momento para celebrar el premio con los 25 miembros del instituto que dirige. "No he tenido tiempo aún de- beber champagne porque el teléfono no ha dejado de sonar desde que he recibido la llamada de Estocolmo", comentó a Reuter. "Supongo que algunas cosas cambiarán en mi vida ahora, pero sabemos tan poco todavía que hay suficiente trabajo para mantenerme ocupado durante los próximos años y décadas", decía Zinkernagel mientras recibía la felicitación de sus colegas y contestaba llamadas telefónicas en su pequeño despacho de la universidad lleno de libros y revistas.

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