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Un australiano y un suizo, premio Nobel de Medicina por un hallazgo en inmunología

Su descubrimiento sobre la defensa del organismo ante los virus tiene impacto clínico

El descubrimiento de cómo funcionan las células del sistema inmunológico, al reconocer un virus que ataca al organismo, ha sido destacado este año por la Asamblea Nobel del Instituto Carolino al conceder a los científicos Peter C. Doherty, australiano, de 56 años, y Rolf M. Zinkernagel, suizo, de 52, el Premio Nobel de Medicina o Fisiología. Los hallazgos que los dos investigadores hicieron juntos en Camberra (Australia), entre 1973 y 1975, tuvo impacto inmediato en la inmunología y es "muy relevante para la medicina clínica", afirmó el Intituto sueco.

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Doherty y Zinkernagel hicieron un descubrimiento que supuso abrir una nueva forma de comprender cómo podían controlarse los virus y hacer vacunas, lo que apunta directamente, en sus aplicaciones clínicas, hacia tratamientos contra enfermedades como el cáncer o algunas formas de diabetes. Tenían entonces 34 y 31 años y trabajaban en la Escuela John Curtin de Investigación Médica en Camberra. Ahora compartirán los 145 millones de pesetas del Nobel.Su aportación es de gran significación para la medicina clínica por cuanto refuerza la capacidad del sistema inmunológico para defenderse contra determinadas infecciones y ciertas formas de cáncer, o de atenuar los efectos de la agresión del sistema contra los propios tejidos en enfermedades inflamatorias como el reumatismo, o la esclerosis múltiple.

Reconocimiento

'Es una sensación fantástica... es un reconocimiento tremendo", comentó ayer Doherty, director del Departamento de Inmunología del Hospital Infantil Saint Jude en Memphis (EE UU) y profesor en la Facultad de Medicina de la Universidad de Tennessee. El descubrimiento de los principios básicos de cómo funcionan las células asesinas linfocitos T se ha convertido en un enorme campo de la inmunología, explicó. "Fue un gran descubrimiento, algo completamente nuevo que nadie esperaba", continúa el galardonado.Sten Grillner, presidente del comité Nobel de Medicina, comentó que el descubrimiento de Doherty y Zinkernagel cambió la dirección de la inmunología. "Con el tiempo se ha hecho más y más evidente la importancia del hallazgo y la continuación de este trabajo pionero ha tenido gran impacto en todo este campo de investigación".

Doherty y Zinkernagel descubrieron que unos ratones infectados con un virus que causa meningitis desarrollaron células asesinas, linfocitos T, que destruían las células infectadas, pero sólo en cada animal específico. El galardón ahora es un "reconocimento a la inmunología y abre la puerta a nuevos avances frente a las infecciones, especialmente frente al cáncer", comentó a Efe, Emilio Gómez de la Concha, jefe del servicio de Inmunología del Hospital Clínico (Madrid).

A principios de los años setenta se conocían mecanismos del sistema inmunológico y se sabía que los anticuerpos producidos por los linfocitos son capaces de reconocer y neutralizar ciertos microorganismos, principalmente las bacterias. Pero los mecanismos de reconocimiento específico en el sistema inmune celular eran mucho menos conocidos.

Doherty y Zinkernagel estudiaron cómo el sistema inmunológico de los ratones infectados desarrollaron linfocitos T asesinos contra el virus, pero descubrieron también que estos linfocitos sólo eran activos contra un virus específico en el ratón y que no protegían directamente a otro animal.

Vacunas

Estos trabajos, publicados en vanos artículos en la revista Nature en 1974, mostraron de forma concluyente la necesidad de un reconocimiento simultáneo de las moléculas extrañas en el caso de las del virus y las moléculas del propio organismo, antígenos de compatibilidad histológica. Demostraron también la importante función que cumple el complejo mayor de histocompatibilidad en el hombre, en las respuestas inmunitarias normales.El carácter general de los hallazgos de Doherty y Zinkernagel referidos a la especificidad de los linfocitos T fue posteriormente confirmado en diversos contextos. Investigaciones moleculares posteriores confirmaron las comprobaciones de aquéllos y ajustaron las bases químicoestructurales de su descubrimiento.

Su importancia para la medicina clínica deriva de que muchas graves enfermedades están vinculadas al funcionamiento del sistema inmunológico y sus mecanismos de reconocimiento. Los ensayos de vacunas destinadas a evitar la diseminación de células enfermas en ciertas formas de cáncer están basadas en estos descubrimientos.

Doherty, que estudió en la Universidad de Queensland (Australia) y en la de Edimburgo (Reino Unido), es él tercer australiano que recibe el premio Nobel de Medicina. Ayer comentó que trabaja en EE UU porque es el país líder en investigaciones biomédicas en el mundo por el "tremendo respaldo" financiero que reciben.

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